Umberto Agnelli asume el viernes la presidencia de Fiat tras dimitir Fresco
Obligada a despejar las incertidumbres sobre su futuro, Fiat acelera el relevo en su dirección. La salida de Paolo Fresco de la presidencia del primer grupo italiano, anunciada por él mismo para antes del verano, se producirá el próximo viernes durante un consejo de administración ordinario convocado en Turín. Umberto Agnelli, quien encabeza la familia que controla Fiat tras la muerte de su hermano Giovanni, asumirá el primer cargo de la empresa.
Fresco confirmó ayer en un comunicado que presentará su renuncia al consejo y propondrá a Agnelli como su sucesor para facilitar una transición suave. 'Estoy seguro de que mi decisión envía un fuerte mensaje de claridad hacia dentro y fuera de la compañía', afirmó Fresco. La nota confirma la 'disponibilidad' de Umberto Agnelli para asumir la presidencia. Antes habrá que designarle consejero, condición que hoy no tiene.
La decisión estaba tomada hace un mes y sólo faltaba conocer los plazos. La misma mañana del 24 de enero, cuando murió el anciano Giovanni Agnelli, presidente de honor de Fiat y nieto del fundador de la compañía, sus familiares se reunieron para confirmar a Umberto como cabeza visible del clan.
Nadie apostaba por la continuidad de Paolo Fresco, el Americano, conocido así por sus más de 30 años en General Electric, de la que llegó a ser vicepresidente. Llegó a Fiat en 1998 y, bajo su gestión, la compañía incurrió en abultadas pérdidas, disparó su deuda y redujo ventas. Este viernes se harán públicas las cuentas de 2002, que arrojarán pérdidas cercanas a 2.000 millones en Fiat Auto, la división de automóviles, lo que arrastra al grupo a los números rojos. Para recapitalizar esa filial se está negociando la venta del negocio aeronáutico (Fiat Avio) y de la aseguradora Toro y se ha pedido ayuda a General Motors.
Fresco se resistió a dimitir en diciembre, cuando recibió presiones de las que culpó al Gobierno italiano. El aún presidente de Fiat llegó a decir que creía que Berlusconi 'se había vuelto loco' por sus críticas al equipo gestor. Entonces le salvaron los bancos acreedores, que querían asegurarse del cumplimiento de los compromisos que negociaron con el propio Fresco y su ya dimitido consejero delegado, Gabriele Galateri.
Una década después
Umberto Agnelli -que ya era presidente de las sociedades familiares Ifi e Ifil, poseedoras de un 30,4% de Fiat- fue consejero delegado del grupo entre 1970 y 1980 y, curiosamente, estuvo a punto de acceder a su presidencia en los años noventa. Pero en 1995, cuando anunció su retirada su hermano mayor, la banca presionó para colocar en su lugar a Cesare Romiti.
En los años siguientes Umberto nunca estuvo en la línea sucesoria de Giovanni Agnelli. El patriarca eligió antes a otros dos candidatos. Primero a un hijo de Umberto, Giovanni Alberto, muerto de cáncer en 1997. Y finalmente a John Philip Elkann, nieto de Giovanni. Este joven de 26 años ha heredado la participación del patriarca en las sociedades familiares y ya se sienta en el consejo de Fiat. En breve podría ser promovido a vicepresidente, lo que le colocaría de forma más clara como el delfín.