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Lealtad, 1

El juego está ahora en sólo dos valores

El seguimiento del curso bursátil de las dos últimas semanas arroja novedades importantes en la débil tendencia de fondo. Lo destacado en los cenáculos mejor informados es el entretenimiento de los más voraces especuladores con derivados con sólo dos valores, con Endesa y Repsol, que son desde hace algún tiempo los que soportan los cambios del principal índice del mercado y, por tanto, los que sostienen el futuro y todo lo que ello entraña.

La vulnerabilidad de un mercado, que en muchos casos roza ya la manipulación, se manifiesta cuando los valores de mayor capitalización son guiados con poco esfuerzo por los especuladores. Si baja Repsol, sube Endesa, y al revés. Más difícil parece ser, al menos por ahora, la orquestación con acciones de los dos grandes bancos y con las de Telefónica.

El uso de posiciones con derivados en ambas compañías resalta más cuando los volúmenes de negocio son cortos y deprimen aún más una industria de intermediación que hace aguas por todas partes.

Estos vaivenes en valores emblemáticos enfrían las expectativas del inversor final que sigue el día a día del mercado con paciencia, a la espera de cambios en la tendencia y de aumentos ciertos de los volúmenes de actividad.

Se explica también la facilidad con que cambian de signo los índices intradía. ¿Qué pasa en la Bolsa, que amanece con fuertes subidas y termina con caídas de consideración, o al revés? Esta es la pregunta de moda en aquellos círculos que no siguen el desarrollo de los mercados con atención extrema. La respuesta es puramente técnica, como se ha observado ya desde hace mucho tiempo, justo desde que los futuros se adueñaron de la situación.

La realidad, no obstante, es que con argumentos técnicos o sin ellos, las Bolsas están rotas y que no existen como tales. No hay factores que conduzcan, además, al optimismo.

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