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Londres ya cobra por acceder en coche al centro

El tráfico rodado es uno de los pocos fenómenos capaz de perturbar la flema inglesa. Así ocurrió en los años treinta del pasado siglo cuando la instalación de los primeros semáforos provocó protestas en contra de 'la restricción de la libertad del conductor'. Los automovilistas volvieron a lanzarse a la calle treinta años más tarde con el estreno del parquímetro.

Ayer comerciantes y políticos conservadores fueron especialmente críticos con la entrada en vigor en Londres de la tasa de congestión. Aunque según estimaciones de la agencia Reuters el tráfico disminuyó ayer en Londres un 25%, pero habrá que esperar más días para valorar objetivamente la medida ya que la inauguración de este peaje coincide con vacaciones escolares y averías de metro.

La municipalidad de Westminster, uno de los baluartes de los tories, calcula que el peaje va a costar a la economía de la capital británica unas pérdidas del orden de los 1.797,6 millones de euros al año.

Algunos negocios que dependen del servicio de reparto, como las papelerías industriales, han anunciado una subida de sus tarifas. Estas empresas afrontan un aumento de sus costes de 240 millones de euros anuales, según previsiones de la agencia Centre for Economics and Business Research.

Tiendas de Marylebone High Street, una de las calles comerciales de moda de la capital, ofrecen pagar la tasa de los clientes que realicen compras en sus establecimientos. National Car Parks, propietario de 58 aparcamientos subterráneos dentro de la zona de la tasa, incluirá el peaje en el coste de un billete de todo el día. 'El comercio tendrá que pagar el 50% de esta tasa', mantiene un portavoz de la empresa.

El peaje cubre un cordón de 13 kilómetros cuadrados alrededor del centro urbano. Los automovilistas tienen la opción de comprar un bono por 1.800 euros al año por el derecho de circular dentro del cordón los días laborables entre las 7 de la mañana y las 18.30 horas. Para los no abonados, cada visita al centro costará 7,5 euros si se paga antes de las 10 de la noche, o 15 euros si el pago se realiza entre las 10 de la noche y las 12 de la mañana siguiente. La multa por no pagar será de 120 euros, la mitad si se liquida en los 14 días siguientes, y de 60 euros más si pasan 28 días. Los vehículos de ciudadanos minusválidos, los eléctricos o los que combinan electricidad y gasolina, los de dos ruedas y los oficiales están exentos del pago de la tasa.

La alcaldía ha desplegado 700 cámaras de circuito cerrado y 11 furgonetas espías para fotografiar las matrículas de los 250.000 coches que cada día circulan por el centro. Ken Livingstone, el alcalde de Londres, se ha fijado el objetivo de reducir entre un 10% y un 15% el volumen de tráfico rodado. El ayuntamiento calcula que ingresará 300 millones de euros con la medida.

'El problema del tráfico de Londres requiere unas medidas duras', dijo Livingstone. 'La tasa de congestión es la única alternativa', añadió, 'es una medida inteligente y si da resultado, muchas otras ciudades del mundo van a seguir nuestro ejemplo', insiste Livingstone.

Pero si sólo sirve para intensificar el caos reinante en las calles del centro de Londres -como asegura el Partido Conservador, que ayer organizó protestas callejeras en contra de la tasa-, el mismo Livingstone adelanta que tendrá que abandonar el cargo.

La tasa de congestión es la medida política más controvertida desde que en los años ochenta la señora Thatcher introdujera un nuevo impuesto sobre la vivienda.

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