Las eléctricas se oponen a avalar con carácter retroactivo contratos con Enagás
Las eléctricas se oponen a algunos de los aspectos que van a marcar de forma significativa sus relaciones con Enagás (empresa propietaria de las infraestructuras gasísticas), que están contenidos en el nuevo decreto que regula las actividades de transporte, distribución y comercialización de gas natural. Las citadas compañías, que serán los principales consumidoras de gas en los próximos años, están básicamente en contra de las disposiciones que obligan de hecho a revisar en los próximos meses la capacidad de transporte solicitada a Enagás con anterioridad al citado decreto, que entró en vigor el 31 de diciembre. No obstante, el efecto retroactivo de los avales que se deberán depositar a continuación por todas las cantidades alquiladas, que es el más criticado, ha sido analizado como el conjunto del decreto por la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y el Consejo de Estado.
El objetivo de esta norma, ahora contestada por las eléctricas, es liberar capacidades de procesamiento y transporte en el sistema gasístico, que hayan sido reservadas pero que no se vayan a utilizar en los plazos solicitados por el retraso de algunos proyectos, especialmente centrales de generación de ciclo combinado. No obstante, ni Endesa ni Iberdrola prevén dejar libre capacidad, ya que consideran que reservas y necesidades están ajustadas.
Esta medida responde a la falta de capacidad de Enagás para dar paso a sus infraestructuras a todas las empresas que lo han solicitado, ya sea para consumo propio o para clientes. Este cuello de botella, originado por la explosión de la demanda, se prevé tenga solución en el horizonte del año 2005 cuando entren en funcionamiento nuevos activos y se amplíen los actuales. Y la norma responde también en realidad a las quejas de las eléctricas sobre las dificultades que prevén tener para dar continuidad al suministro a sus clientes, cuando dejen de poder utilizar el gasoducto del Magreb.
Pero la situación de partida no es la misma. Endesa, por su parte, considera que no hay razón para que se revise, y menos aún se altere, el contrato que tiene suscrito con Gas Natural Comercializadora desde 1998 hasta 2007 por tres bcm (miles de millones de metros cúbicos).
Este gas, que aumenta gradualmente, tiene como destino sus plantas de ciclo combinado, tanto las que ya tiene en producción como las que están actualmente en construcción.
Fuentes de esa empresa aseguran que la compañía gasística que preside Antonio Brufau, que hizo para Endesa la reserva de la capacidad de entrada del gas en España y su posterior transporte hasta la central, tiene los datos de sus necesidades en los próximos años. Endesa ha suscrito, además, en ese contrato, como en todos los de esas características, la cláusula take or pay (que obliga a pagar el gas aunque no lo retire) considera que no son admisibles en su caso avales u obligaciones añadidas.
Alguna eléctrica critica, además, que 'se impongan actividades a las comercializadoras que deben hacer las distribuidoras, y por lo que reciben retribución a través de las tarifas'. También consideran que de alguna forma se penaliza la inversión en plantas de regasificación al dar prioridad las de Enagás al operador que 'no disponga de otra vía de acceso al sistema español'.