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Comercio

La reunión de la OMC concluye sin acuerdos en agricultura y fármacos

Los augurios se cumplieron ayer en Tokio. La reunión convocada para avanzar en la Ronda de Doha concluyó sin acuerdos y con la sensación de que en Cancún puede producirse otro fracaso como el de Seattle. La mayoría de los países, incluídos los de la UE, calificaron la propuesta de reducir los aranceles comerciales hasta un 45% como 'excesiva'.

Las diferencias en el seno de la OMC han quedado patentes una vez más en Tokio (Japón), donde ayer se clausuró sin acuerdos y acompañada de una riada de críticas la 'reunión informal' convocada, principalmente, para avanzar posiciones en el terreno agrícola. El recorte de aranceles en ese sector era de antemano el tema prioritario de las discusiones.

Cuarenta y ocho horas antes de iniciarse el diálogo, los participantes recibieron un borrador de propuestas sobre recortes de aranceles agrícolas redactado por el presidente del grupo que negocia la agricultura en la OMC, Stuart Harbinson.

El documento, que describe objetivos numéricos como una reducción arancelaria de entre el 25 y el 45%, fue seriamente criticado desde extremos opuestos. Algunos consideran este recorte 'excesivo', otros lo creen 'insuficiente', con lo cual es palpable la disparidad de opiniones entre exportadores e importadores.

Para países como Japón, que impone aranceles de casi el 500% sobre el arroz importado, los recortes eran 'extremadamente ambiciosos'. EE UU, por su parte, continuó presionando a favor de más reducciones y su representante de Comercio, Robert Zoellick, aseguró que 'liberalizar la agricultura en Japón beneficiaría a los consumidores'.

El comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, criticó el hecho de que EE UU gaste 'tanto porcentaje de PIB como nosotros' en ayudar a sus agricultores, aunque 'nosotros lo hacemos de un modo más favorable al comercio. Y queremos que el sistema de apoyo de EE UU se convierta en menos negativo para los intercambios comerciales'.

La falta de progresos en la negociación y las supuestamente insalvables divergencias entre los miembros de la OMC llevaron a su director, Supachai Panitchpakdi, a advertir que el camino hacia la reunión ministerial de Cancún (México) parece un 'sendero minado' y que se puede estar avanzando 'hacia otro Seattle'.

El fracaso de las conversaciones agrarias se extendió a uno de los temas más sensibles que reiteradamente surgen en el seno de la OMC, la adquisición de medicamentos por parte de los países pobres. La propuesta más novedosa la hizo Brasil, que pidió enviar expertos de la Organización Mundial de la Salud a los países pobres para que valoren la capacidad de esas naciones de manufacturar las medicinas que necesitan.

El tema de la agricultura quedó pendiente de un segundo borrador que Harbinson prometió para el próximo mes, pero que algunos expertos calificaron de 'quimérico' dada la imposibilidad de incorporar en un nuevo texto todas las críticas recibidas en Tokio.

El presidente del consejo general de la OMC, Carlos Pérez del Castillo, señaló el riesgo de continuar con reuniones que no avanzan y aseguró que 'es necesario trabajar para rescatar la confianza en el esfuerzo colectivo'.

Pérez del Castillo, diplomático uruguayo que ocupa su cargo desde el 10 de febrero pasado, afirmó que no se puede seguir 'guardando las cartas en la mano sin negociar' e instó a los países participantes a asumir una 'visión global' de los problemas que se discuten.

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