Los países del Mercosur critican el plan liberalizador de EE UU para el ALCA
El proceso de negociaciones para la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para 2005 se puso definitivamente en marcha el pasado fin de semana. El sábado venció el plazo para la presentación de las propuestas de liberalización de los diferentes países del continente, tal y como recogía la agenda de negociación fijada en la cumbre de las Américas de Quebec, en abril de 2001.
El Mercosur, unión aduanera formada por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, critica la propuesta estadounidense, que relega sus productos frente a los de zonas menos competitivas para EE UU, como los países andinos y el Caribe.
De hecho, EE UU propone eliminar los aranceles para los productos agrícolas cuando entre en vigor el acuerdo para el 85% de los productos del Caribe; el 64% de los de América Central; el 68% de los andinos y sólo para el 50% de los productos agrícolas del Mercosur.
La propuesta para eliminar por completo las barreras arancelarias a los productos textiles se aplazaría hasta 2010.
Los negociadores estadounidenses, encabezados por el representante comercial Robert Zoellick, sostienen que su oferta es muy generosa y que EE UU ya tiene acuerdos de libre comercio agrícola o textil con muchos países del continente. Con ser cierta esta afirmación no refleja toda la realidad. Los países que mantienen acuerdos bilaterales con EE UU son México, que forma parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés) junto a EE UU y Canadá, los cinco países andinos y 16 Estados del Caribe. Pero lo cierto es que, incluso sumados, estos mercados no representan una amenaza competitiva para EE UU, por su escasa capacidad productiva, lo que no sucede en el caso del Mercosur.
De hecho, los países suramericanos aseguran que el plan estadounidense es 'discriminatorio' con sus productos frente a los de los países que no representan una 'amenaza', aseguran.
Además, tanto Brasil como Argentina denuncian que el plan excluye otras materias, como el acceso a mercados, la eliminación de subsidios a la producción interna y a la exportación, las medidas más perjudiciales, según Brasil.
El gigante suramericano apuesta porque estas negociaciones agrícolas, que también se llevan a cabo en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se concreten preferiblemente en el ALCA, 'porque no sabemos lo que ocurrirá con la Ronda de Doha', aseguraba un funcionario brasileño.