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La Atalaya

Hoy es el día D para la ONU

Las miradas del mundo estarán hoy concentradas en el rascacielos neoyorquino que alberga la sede de las Naciones Unidas, donde los inspectores-jefe de la misión verificadora de la ONU, el sueco Hans Blix y el egipcio Mohamed El Baradei, presentarán ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad su segundo, y probablemente definitivo, informe sobre Irak. El Baradei y Blix se repartirán los papeles. El egipcio informará sobre el programa nuclear iraquí, mientras que el sueco se centrará en la existencia o no de armas biológicas y químicas en manos de Sadam Husein. Nadie debe esperar conclusiones terminantes de los inspectores, porque eso corresponde a los miembros del organismo.

Muy posiblemente habrá una de cal y otra de arena. Por sus declaraciones podría deducirse que El Baradei, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, será más favorable a Bagdad. Irak llevaba a cabo un agresivo programa nuclear, que sufrió un parón definitivo con la derrota iraquí en 1991. Las sanciones internacionales han hecho casi imposible su continuidad, pese a los intentos de importar uranio de varios países africanos por parte del dictador. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el armamento químico y biológico, ni con el programa de construcción de misiles sobre los que Blix centrará su informe. Irak sigue negando la existencia de ese armamento, pero no aporta pruebas, como le exige la resolución 1441, de su destrucción. Igualmente, según se desprende de un informe de expertos en balística de la ONU, los misiles Al Fatah y Al Samud-2 en poder del ejército iraquí sobrepasan 'en mucho' el alcance de 150 kilómetros, límite impuesto a Bagdad por la ONU tras la Guerra del Golfo.

En todo caso, las reacciones de los miembros del Consejo serán del color del cristal con que quieran mirar los informes. Las espadas están en alto. Dos de los cinco miembros permanentes con derecho de veto, EE UU y Gran Bretaña, consideran, aun sin segundo informe, que Irak ha violado ya la 1441 y, por tanto, debe afrontar 'las graves consecuencias' previstas en la resolución. Los otros tres, Francia, Rusia y China, se decantan por ampliar el número de inspectores y dar más tiempo a la diplomacia. Pero como se preguntaba el secretario de Estado, Colin Powell, el miércoles, ¿cuánto tiempo más, una semana, un mes, un año? La pregunta es relevante, sobre todo después de escuchar a Blix, que afirmaba que no se necesitaban más inspectores, sino 'una cooperación más activa' por parte de Bagdad.

La paz merece todos los esfuerzos y todo el mundo, no sólo Chirac, sabe que la guerra es el fracaso de la política. Pero los que piden más tiempo curiosamente son los que tienen contratos mas sustanciosos con Irak y quieren olvidar que el mundo no está tratando con un país intachable, sino con un déspota, que ha gaseado a su población kurda y en los últimos 20 años ha invadido a dos de sus vecinos, Irán y Kuwait. Si se habla de respetar la legalidad internacional, representada por la ONU, habrá que respetar las resoluciones que de ella emanan. Y los 15 miembros del Consejo de Seguridad que el 7 de noviembre pasado votaron por unanimidad la 1441 sabían lo que votaban, dar una última oportunidad a Sadam para desarmarse. Si los inspectores concluyen que no han podido verificar ese desarme, los que violarán la legalidad internacional serán los que no respetan los términos de la resolución, no los que pretenden cumplirla.

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