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Cifras

La morosidad de diciembre es la segunda más baja en 10 años

La tasa de morosidad de las entidades de depósito en diciembre fue la segunda más baja de este mes en los últimos 10 años. En diciembre de 2001 cerró ligeramente por debajo, con un 0,87%. Además, la tasa marcó su mínimo de todo el ejercicio. Cayó dos décimas con respecto a noviembre y se situó en el 0,888%. Un mínimo histórico que sigue sin superar el 1% y se mantiene así desde el año 2000, muy alejado de las tasas del 7,3% que se experimentaron en 1993, año en que se produjo la intervención de Banesto, que afectó a la morosidad general del sistema.

Si bien el volumen total de créditos dudosos continúa al alza. Ha registrado una subida continuada desde enero del año pasado hasta noviembre, cuando bajó ligeramente (de 6.410 a 6.352 millones de euros). En diciembre volvió a retroceder y las entidades de depósito (se excluyen financieras y crédito oficial) tenían saldos morosos por importe de 6.229 millones, lo que supone volver al nivel de julio.

¿Por qué no sube la morosidad si aumentan los saldos dudosos? Los expertos explican que el fuerte incremento en el volumen de créditos concedidos diluye el efecto de los préstamos morosos, con lo que la tasa de morosidad se mantiene más o menos estable. De momento, sigue sin haber signos del previsible repunte de la tasa tras el boom de los préstamos hipotecarios vivido en 2000 y 2001.

La morosidad se mantiene bajo control porque sigue habiendo una renta disponible suficiente para afrontar el creciente endeudamiento, a juicio de algunos expertos. De momento 'no hay elementos negativos para pensar en un deterioro en la posibilidad de pago', apunta Julio Rodríguez, asesor financiero de la Asociación Española de Banca (AEB), quien añade que la sensación de que la economía ha ido peor no se ha traducido en un aumento de la morosidad porque al final ha seguido habiendo un crecimiento económico.

Los expertos no se atreven a hacer previsiones sobre la morosidad para este año. Todo depende de cómo evolucione el crecimiento económico y la clave está en la posible guerra en Irak. 'La incertidumbre es el peor de los escenarios', apunta Julio Rodríguez. Y si hay guerra, 'sólo en caso de que sea corta tendrá menor efecto negativo en la economía'.

Hipotecas restrictivas

En principio, los analistas prevén que los tipos de interés oficiales sigan bajos e incluso un nuevo descenso hasta de medio punto en la próxima primavera, lo cual serviría para mantener bajo control un aumento de la tasa de mora.

Pese al incentivo de unos créditos más baratos para los potenciales clientes, las entidades financieras tienden a ser más selectivas a la hora de conceder préstamos. Y tanto bancos como cajas y cooperativas de crédito podrían empezar a ser más restrictivos en los préstamos hipotecarios y 'conceder sólo el 80% del valor de la vivienda' frente al 100% que dan algunas entidades, señala Julio Rodríguez. Este último tipo de hipotecas es menos conveniente para las entidades en general porque consumen más recursos propios y tienen que dotar más provisiones al entrañar un mayor nivel de riesgo.

En cualquier caso, las entidades financieras disponen de un amplio colchón de provisiones antimorosidad tras las millonarias aportaciones que han hecho en los últimos dos años a la nueva provisión estadística (el Foncei), impuesta por el Banco de España precisamente para luchar contra un eventual repunte de la morosidad.

El entorno de tipos bajos y la bonanza económica de 2000 y 2001 animaron a las familias españolas a endeudarse, especialmente para la compra de vivienda. En 2002 los créditos siguieron creciendo a buen ritmo, sobre todo los concedidos por las cajas, que lo hicieron por encima del 18%. En el presente ejercicio, las propias entidades prevén una ligera ralentización en los préstamos. En las cajas pueden crecer en el entorno del 13%-15% y en los bancos, por debajo del 10% actual, según diversas estimaciones.

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