El Gabinete de Chávez impone el control cambiario y asume la gestión de las divisas
El Gobierno venezolano empieza a pasar la factura de los dos meses de huelga general. A partir de hoy quedará implantado un estricto control cambiario. El Ejecutivo administrará las reservas internacionales existentes y las que ingresen los exportadores privados, que deberán ser vendidas al Banco Central. El presidente Hugo Chávez ya ha advertido de que 'no habrá ni un dólar para los golpistas'.
Los analistas creen que el tipo de cambio con el dólar será fijado en el entorno de los 1.700 bolívares. La autoridad monetaria se encargará todos los meses de fijar la cotización para la compra y venta de dólares. El ministro de Finanzas, Tobías Nóbrega, aseguró ayer que estas medidas iniciales durarán unos meses, 'hasta que se recupere la industria petrolera'.
El control alcanzará a los ciudadanos venezolanos que pretendan viajar al extranjero. El límite máximo de dólares disponibles para viajar será de 9.000 anuales. En el caso de los viajes de negocios, se fijará una suma diaria de 300 dólares para un límite de seis viajes al año. Los estudiantes podrán recibir remesas mensuales de hasta 2.000 dólares; para el resto de residentes en el extranjero, la cantidad se reduce a 300 dólares.
Chávez ha entregado al capitán retirado Edgar Hernández la dirección de la comisión especial encargada de vigilar el control cambiario. La huelga general contra Chávez, iniciada el pasado 2 de diciembre y disuelta parcialmente a principios de semana, ha socavado gravemente las finanzas del país. El bolívar se depreció un 28% y las reservas en divisas cayeron un 12%, hasta los 11.000 millones de dólares (10.080 millones de euros). El Ejecutivo suspendió el pasado 22 de febrero las operaciones del mercado cambiario con el objetivo de frenar la sangría de divisas.
La patronal criticó duramente la medida. Los empresarios señalaron que la entrega de divisas no puede estar vinculada a las afinidades políticas. El sector productivo teme que la dificultad para obtener dólares con los que atender su deuda externa desate una oleada de cierres de empresas.