Zapatero considera que Bagdad no supone una 'amenaza inminente'
El secretario general del PSOE no llegó al extremo de dirigirse a Aznar como 'señor secretario de Estado de Estados Unidos', como sí hizo el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, pero criticó con argumentos de fondo la adhesión aparentemente inquebrantable del Gobierno español a la estrategia norteamericana. También culpó al presidente de debilitar con ello a la Unión Europea y de romper algunos de los ejes básicos de la política exterior.
Para empezar, Zapatero no concedió credibilidad a la advertencia de Aznar de que Irak supone una amenaza inminente para el orden internacional. 'No hay pruebas de ello', dijo el líder socialista, 'y por tanto una respuesta bélica sería desde todos los puntos de vista desproporcionada y traería males mayores'. Si el objetivo real es desarmar al régimen iraquí, subrayó Zapatero, lo mejor es dejar trabajar a los inspectores de la ONU con tiempo suficiente para que destruyan los posibles arsenales. 'Hay medios de persuasión más eficientes y proporcionados que la guerra, porque no hay nada que justifique una respuesta devastadora', afirmó.
A juicio de Zapatero, Aznar ha modificado sin consultar con el Parlamento los ejes de la política exterior y después ha tenido el atrevimiento de solicitar consenso a las fuerzas políticas para dar cobertura a su respaldo a Bush. Como consecuencia de ello, argumentó el líder socialista, el Gobierno español ha contribuido a debilitar la acción exterior de la Unión Europea, ha abandonado a su suerte las relaciones con los países mediterráneos y ha olvidado también la atención debida hacia Iberoamérica. 'En estos países no se entiende su apoyo incondicional a Estados Unidos', manifestó Zapatero.
El Ejecutivo español está jugando, a juicio del líder socialista, 'un papel instrumental' en la estrategia 'que sólo beneficia' al presidente norteamericano. Frente a esta actitud, defendió que es la hora de promover una auténtica 'política de Estado' y de hacer 'patriotismo' porque 'no hay nada más antipatriótico que la sumisión'.
La sesión parlamentaria fue seguida por una treintena de artistas, muchos de los cuales participaron la semana pasada en el acto de entrega de los premios Goya. Entre ellos estaban Ana Belén, Aitana Sánchez Gijón, Rosana Pastor, José Sacristán, Juan Echanove, Juan Diego, Pilar Bardem y María Barranco. Durante la réplica de Aznar a los grupos de la oposición exhibieron unas camisetas con el lema 'No a la guerra', momento en el que la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, ordenó su expulsión del hemiciclo. El cacheo previo al que fueron sometidos todos ellos a la entrada a la Cámara impidió a la mayoría escuchar la primera intervención del presidente del Gobierno.