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Crónica de Manhattan

Un callado ejército con dudas

M uchos en mi generación (...) experimentados en guerras nos prometimos que si llegaba el momento de volver al frente, no íbamos a admitirlo sin rechistar en una guerra que levantase poco entusiasmo y por razones mal concebidas de manera que los americanos no la entendieran y apoyaran'. Es una de las lecciones de guerra explicada por uno de los más prominentes generales de EE UU y que da pie a entender el olvido que dicen sufrir los llamados héroes de conflictos como el de Vietnam, tan protestado en el interior.

El hecho es que los norteamericanos no las tiene todas consigo y hay una importante minoría que no entiende la guerra que se prepara. En la última encuesta del Washington Post/ABC se aprecia un ligero mayor apoyo al conflicto tras el discurso del Estado de la Unión de Bush, pero se admite que a las primeras dificultades esta popularidad puede venirse abajo. Los militares están obligados a callar pero su voz está en boca de retirados, veteranos y las familias de los desplazados. Muchos se unieron al grito de 'no a la guerra' de una multitudinaria manifestación en Washington en enero.

Los veteranos creen que habrá más bajas de lo que se cree en el departamento de defensa de Donald Rumsfield. Briggs Seakins, soldado de infantería en la guerra de 1991, explicaba a la BBC que su experiencia y la convicción de que habrá una matanza de inocentes le lleva a una posición anti belicista. Según los veteranos y las familias, muchos militares suscriben estas tesis.

También los retirados están incómodos. El ex general Norman Schwarzkopf, la figura más prominente tras Colin Powell en la guerra del Golfo, dijo a The Washington Post que no ha visto suficientes evidencias aún para convencerle de que sus camaradas en 1991, Dick Cheney, Paul Wolfowitz y Powell hacen lo correcto ahora. Entre otras críticas, al general no le gusta cómo se planea la guerra desde el departamento de defensa apartando estrategas del Pentágono y con ello dice recoger el sentimiento de algunos colegas. Para Rumsfield, Schwarzkopf no tiene palabras amables sobre todo por la confianza ciega del titular de defensa en la fuerza aérea y su 'olvido' de las dificultades del combate en tierra, algo que el militar ve inevitable si hay que tomar ciudades.

Otro retirado, el general Wesley Clark, ex comandante de la OTAN en Kosovo, asegura que aunque la de Irak es una guerra que merece la pena, EE UU no ha defendido su necesidad ni ha procurado que haya un consenso que permita las operaciones. Para Clark, Sadam Hussein no es tan prioritario como el olvidado Osama Bin Laden. El general asegura que una guerra contra Irak fortalecerá ideológicamente a Al Quaeda. Y en esa batalla contra el terrorismo no todos los militares están felices con las directivas impuestas. Según The New Yorker, en la estrategia de caza humana impuesta por Rumsfield escenificada en el asesinato en Yemen de un presunto miembro de Al Queda con un misil Hellfire, se están rompiendo las reglas de la guerra y la orden de Gerald Ford en 1976 en que prohíbe los asesinatos políticos. En las fuerzas especiales, crece la insatisfacción por las tácticas de Defensa y fuentes de esta revista aseguran que los militares empiezan a preguntarse: '¿Rumsfield? ¿quién es éste?'

De momento, un diplomático a cargo de la defensa. Hablando de diplomacia, el general de la cita inicial es el recientemente transfigurado en 'halcón' Colin Powell, en su autobiografía My American Journey.

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