Las hipotecas más baratas de la historia
Asólo 0,022 puntos del nivel más bajo de su historia, el euribor ha cerrado enero en el 2,705%, según datos provisionales y a falta de que lo corrobore el Banco de España. Pese a su corta trayectoria -entró en vigor el 1 de enero de 1999, aunque se toma la serie histórica del mibor hasta esa fecha-, el euribor marcó su nivel más bajo en mayo de 1999, cuando se situó en el 2,683%. Casi cuatro años después, el índice ha vuelto a niveles inferiores al 2,75%.
Esta caída, de 0,167 puntos respecto al mes anterior y que ya es la octava consecutiva, permitirá que aquellos que revisen este mes su préstamo y que utilizan este índice como referencia de su tipo de interés se encuentren con un abaratamiento de la cuota de 0,778 puntos, bastante mayor que la de meses anteriores.
Esta rebaja se debe al nivel que presentaba el indicador hace 12 meses, cuando, tras continuar la escalada alcista que había iniciado en diciembre, alcanzó el 3,483%. Esta diferencia interanual permitirá un ahorro en la cuota base (la que se deriva del índice de referencia) del orden de 41 euros al mes tomando como ejemplo un préstamo de 90.151 euros a 15 años. En el conjunto del año, el abaratamiento de la factura ascendería a unos 485 euros.
Esta tendencia descendente podría continuar si, como empiezan a pronosticar los expertos, el BCE recorta los tipos de interés en la zona euro (actualmente en el 2,75%) debido a las incertidumbres que se ciernen sobre el crecimiento económico de los países europeos. No en vano, los niveles diarios del euribor (en el entorno del 2,65%) invitan a pensar que las revisiones a la baja aún podrían continuar.
A esto se añade las cada vez más atractivas condiciones de las hipotecas a tipo variable que ofertan las entidades financieras, que en los últimos meses han reducido no sólo el tipo de salida de sus préstamos (Barclays, que aplica el 3,32%, y el Atlántico, que lo ha rebajado hasta el 4%), sino que han flexibilizado el resto de condiciones ampliando el plazo de amortización hasta los 30 e incluso los 35 años. Con todo, conviene tener en cuenta que, en plazos tan largos como los de una hipoteca, la tendencia de los tipos puede invertirse y deparar desagradables sorpresas.