Gianni Agnelli, 'Il Avvocato' de la industria italiana
Era el último representante de una dinastía de historia centenaria. Giovanni Agnelli no llegó a la presidencia del imperio familiar hasta cumplir los 45 años y acabar la licenciatura de derecho que le valió el sobrenombre de 'Il Avvocato' -el abogado-. Hasta entonces, habitual de las crónicas de sociedad y las fiestas, engordó su fama como conquistador y su amor a la buena vida. Con la muerte de su abuelo Vittorio, el fundador de la saga, el no tan joven Agnelli se convirtió en el máximo responsable de uno de los conglomerados empresariales más prometedores de Europa.
No corrían malos tiempos para los negocios. En la década de los 60, la industria europea despertaba de su letargo tras la posguerra y el heredero de Fiat supo transformar el legado de su abuelo en algo más que una boyante cuenta de resultados. Con sólidos amigos como el asesinado presidente John F. Kennedy o el magnate Rockefeller, el glamour y el carisma combinados con poder, más que cercano a la política, convirtieron a Fiat en el emblema de la Italia del futuro. Fue capaz de venderle a la Libia de Gadafi una parte del capital de la automovilística sin resentir su amistad con los Estados Unidos y hasta el gobierno italiano le nombró senador vitalicio en 1991.
En el camino, Gianni integró las marcas Alfa Romeo y Ferrari y compró la Juventus de Turín, el club de fútbol del que fue apasionado y presidente. Tenía su propio periódico, 'La Stampa', e incluso su propia estación de esquí en Sestriere. Pero su vida privada no acompañó al éxito empresarial. Su sobrino y heredero Giovanni Alberto, primogénito de su hermano Umberto, falleció en 1997 de una extraña enfermedad, y su hijo Eduardo se suicidó en 2000. En sus últimos años, el cáncer de próstata fue minándole poco a poco hasta dejarle en una sombra de lo que fue. 'Il Avvocato', uno de los personajes más grandes de la moderna historia de Italia, murió en su casa el mismo día en el que su familia le buscaba sucesor y solución a una sangrante crisis, de la que muchos dudan que pueda salir por sí sola.