Caja Madrid gana sólo un 2,2% más por las dotaciones cautelares
Caja Madrid obtuvo en el 2002 un beneficio neto atribuido de 497,1 millones de euros, lo que supone un incremento del 2,2% respecto a los 486,4 millones de euros obtenidos en el ejercicio 2001. Sin el efecto las dotaciones cautelares, el resultado neto atribuido al grupo Caja Madrid hubiera ascendido a 528,9 millones de euros, un 8,8% más que en el ejercicio anterior.
Los resultados acumulados de la caja han tenido una línea descendente durante el 2002 y si en el primer trimestre su beneficio neto atribuido aumentó en un 10,4%, en el segundo trimestre creció en un 10,3% y en el tercer trimestre, únicamente un 7,00%. En la cuenta de resultados de la caja, su margen financiero creció un 8,7%, hasta 1.580 millones de euros, en tanto que las comisiones aumentaron a un ritmo del 4,5%.
El margen ordinario se vio afectado por la fuerte caída, del 25,9%, en el resultado por operaciones financieras, y su crecimiento se quedó en el 5,3%, hasta totalizar 2.154 millones de euros.
En el capítulo de gastos, los de personal crecen al 8,7%, como consecuencia de la culminación del proceso de integración del Banco Mapfre, en tanto que el total de gastos de explotación aumentan un 9,5%, debido también a la nueva ejecución de proyectos tecnológicos durante el pasado año. Este aumento en los gastos provoca un margen de explotación de 923 millones de euros, un 0,2% más que en el 2001, al tiempo que se eleva el ratio de eficiencia de la entidad hasta el 47,8%, frente al 46,4% del pasado ejercicio.
La parte baja de la cuenta de resultados se ve lastrada por los cerca de 41 millones que Caja Madrid destina a dotaciones extraordinarias, aunque, por el contrario, se beneficia del incremento del 51,4% en las aportaciones de sus participadas, especialmente Holding Mapfre-Caja Madrid, Realia e Iberia. De esta forma se llega a un beneficio antes de impuestos de 708,9 millones de euros, un 1,6% más que en el 2001, y a un beneficio atribuido de 497,1 millones, un 2,2% superior.
"Pocas alegrías"
El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, admitió hoy que afronta 2003 "con pocas alegrías", pues, si persiste la incertidumbre económica, se verán recortes en los márgenes y los beneficios aumentarán sólo gracias a sus participadas.
Asimismo destacó que las circunstancias de "incertidumbre, volatilidad e inestabilidad" que atraviesan los mercados de valores dificulta hacer previsiones, por lo que señaló que "aún es momento de meditación" y de "esperar y ver" antes de configurar un nuevo plan estratégico, una vez concluido el de 1997-2002.
Blesa se mostró muy satisfecho con los resultados conseguidos con el plan recientemente finalizado y explicó que en cinco años Caja Madrid ha triplicado sus beneficios brutos. Sobre el futuro de las inversiones, Blesa aseguró que no tiene ninguna intención de desprenderse de ellas, sino más bien de crecer en el sector asegurador en el ámbito internacional de la mano de su socio Mapfre, y en el inmobiliario, junto a FCC.
Dentro de las estrategias para este año, la entidad prevé reducir sus costes de explotación, que en el último ejercicio crecieron el 9,5 %, por la integración con Mapfre, la introducción del euro, las inversiones en tecnología y la aportación al fondo de garantía de depósitos. Por ello, la caja no incrementará este año su número de oficinas, aunque sí se plantea cerrar las sucursales menos rentables para abrir otras nuevas. Blesa señaló, además, que ante el escenario de incertidumbre económica existente, no espera aumentos importantes de la cartera crediticia durante este ejercicio, y anunció que mantendrá la política seguida durante el 2002 de cautela y rigurosidad en la concesión de préstamos.