Auna crea una división de grandes empresas para competir con Telefónica
El segundo operador de telecomunicaciones tiene una cita importante en Barcelona pasado mañana. El hombre fuerte de la compañía, Joan David Grimá, comparecerá ante la opinión pública para lanzar el mensaje de que Auna vuelve a la carga, una vez encarrilado el duro proceso de reconversión vivido durante los últimos meses.
El vicepresidente y consejero delegado estará secundado por los responsables de las principales organizaciones de la nueva estructura: Antonio Hernández, de Auna Telecomunicaciones, Antonio Rodríguez, de Auna Grandes Clientes, y Belarmino García, de Amena.
Grimá anunciará que el grupo ha acumulado unos números rojos de unos 500 millones en 2002, frente a los 729 del ejercicio precedente. Como noticia positiva, adelantará que Auna obtuvo el año pasado un Ebitda positivo de 600 millones.
La segunda novedad será la puesta de largo de la nueva identidad corporativa del grupo. Tras renunciar a recuperar la marca Retevisión para la cabecera, el jueves se dará a conocer el nuevo logotipo que se articula en torno a la marca Auna para los negocios de telefonía fija, cable y grandes clientes.
Se mantendrá la marca Amena para las actividades de telefonía móvil y Retevisión Audiovisual para la empresa que gestiona la antigua red de señales de televisión del grupo, y que ahora está en proceso de venta.
Grandes clientes
La comparecencia del jueves servirá también para hacer la presentación en sociedad de la nueva unidad de negocio Auna Grandes Clientes. Esta división tiene como objetivo intentar arrebatar a Telefónica la mayor cuota posible del negocio que supone el gasto en telecomunicaciones de las mil mayores empresas españolas y de los principales organismos públicos de las Administraciones central, autonómica y local.
Según cálculos realizados por la propia Auna, cada una de estas mil empresas realiza un desembolso anual en comunicaciones igual o superior a 1,2 millones de euros, y en conjunto suman una cifra de negocio de 1.700 millones.
A ellos hay que sumar otros 450 millones del gasto anual de las Administraciones públicas en telecos. Auna estima que todos los organismos dependientes del Gobierno central, de los autonómicos y de las corporaciones locales gastan 1.800 millones en este apartado, pero la mayoría de ellos se destinan a contratos de líneas fijas que están contratadas de antiguo con Telefónica. Sólo los 450 millones citados han sido incluidos en paquetes de comunicaciones que han sido adjudicados en concurso abierto o que están a punto de licitarse en los próximos meses.
El plan de futuro de Auna Grandes Clientes prevé conseguir en 2007 una cuota del 16% sobre un volumen de negocio que estima en 2.150 millones de euros anuales.
La creación de esta área de negocio fue impulsada por Grimá, quien ha querido que se mantenga dependiente de la vicepresidencia del grupo en la nueva estructura. Grimá estima que en los próximos meses la evolución del negocio residencial va a ser muy plana y el trasvase de cuota de mercado hacia los nuevos operadores muy lento. En este escenario apuesta por disputar a Telefónica las cuentas de comunicaciones vinculadas a los grandes clientes.
Sectores
Fuentes de Auna Grandes Clientes aseguran que desde la antigua Retevisión se mantenía algún tipo de relación de suministración de servicio con 450 de las 1.000 grandes empresas, especialmente de los sectores financiero, de servicios, de distribución y de turismo.
La plantilla de la nueva unidad es de 110 personas, la mayoría de ellas dedicadas a la actividad comercial.
Como responsable de la gestión de esta estructura se ha contratado a Antonio Rodríguez, ejecutivo que participó en la fundación de Airtel (hoy Vodafone España) y posteriormente se convirtió en el director financiero de Amena.
La puesta en escena preparada por el segundo operador de telecomunicaciones para pasado mañana intenta dar por zanjado el duro proceso de reconversión que ha vivido Auna durante el último trimestre. Durante este tiempo las cinco compañías de cable del grupo se han fusionado con la antigua Retevisión, y la plantilla se ha recontado en un 17%.
El cable como arma para el mercado residencial
Tras muchas dudas, la red de telecomunicaciones por cable que el grupo Auna ha ido tendiendo durante los últimos cinco años se ha convertido en el arma prioritaria que utilizará el segundo operador para asaltar el principal feudo de negocio de Telefónica: el mercado residencial. Joan David Grimá anunciará en la comparecencia del jueves que las organizaciones de cable del grupo, fusionadas en Auna Telecomunicaciones, han logrado duplicar el número de clientes durante el último ejercicio. Se encuentran a punto alcanzar la cifra de medio millón de hogares conectados y con servicio. Este significativo aumento apenas puede ocultar la realidad del lento crecimiento en la penetración de este tipo de infraestructuras como principal competidor de la red de conmutación de Telefónica. Hace medio año fuentes de Auna reconocían que los hogares españoles que podían acceder a las redes de cable (sumando las de este grupo y las de su competidor Ono) sumaban más de cuatro millones. Grimá ha dado instrucciones al responsable de Auna Telecomunicaciones, Antonio Hernández, para que la organización haga un gran esfuerzo de comercialización, a fin de rentabilizar la gran inversión en red que se ha acometido durante cinco años. El gasto en nuevas infraestructuras se centrará en interconectar las parcelas de red que se han desplegado de forma aislada en algunas grandes ciudades como consecuencia de las dificultades para obtener licencias municipales.