Los países asiáticos acumulan reservas petroleras en previsión de un conflicto
Japón y Corea del Sur, los únicos miembros asiáticos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), han acumulado petróleo para 170 y 110 días en reservas, respectivamente. Son los países de la región que más provisiones acumulan ante el riesgo de interrupción del suministro y los analistas coinciden en que el petróleo será un factor decisivo en la región en 2003.
India sólo tiene reservas para 40 días y una alta dependencia petrolera (un tercio de sus importaciones). China, por su parte, puede superar el primer impacto si la guerra es corta, pues importa el 30% del petróleo que consume y acumula apenas reservas para 25 días. Según el Fondo Monetario Internacional, un aumento anual de cinco dólares por barril puede recortar su crecimiento el 0,4%. A su favor tiene el fuerte flujo de inversión exterior y la vinculación del yuan al dólar, que abaratará sus productos.
Analistas del banco ING y Goldman Sachs coinciden en considerar a Hong Kong mucho más vulnerable, al estar expuesta al comercio internacional y a la evolución de los mercados financieros. La guerra abortará la recuperación de las exportaciones y agravará la debilidad del consumo interno.
Igual de vulnerables serán países pequeños netamente exportadores como Singapur, Taiwan y Malaisia y otros cada vez más dependientes de las ventas a EE UU. 'Si la guerra concluye rápidamente, el sol saldrá pronto. Pero si no, habrá más problemas', afirmo el viceprimer ministro, Lee Hsien Long. Malaisia e Indonesia, productores de crudo, en principio se beneficiarán del conflicto, pero en Indonesia, la guerra puede deteriorar aún más la confianza inversora por eventuales protestas musulmanas.
En Filipinas, que se hizo con reservas de petróleo para 40 días, la prioridad es evitar el regreso de 1,5 millones de trabajadores filipinos de Irak y los países vecinos: la emigración inyecta 10.000 millones de dólares anuales en la economía. Tailandia importa el 12% del petróleo que consume y los expertos creen que la industria repercutirá los precios en el consumidor y el crecimiento bajará dos puntos.