Los resultados de las empresas ajustarán las valoraciones bursátiles
Los grandes bancos de inversión han puesto toda la carne en el asador. Diciembre fue el peor mes para las Bolsas de Estados Unidos desde la Gran Depresión. Se trata de taponar y curar heridas. De ahí la propaganda en aumento respecto a los balances que presentan las compañías. Tanta agitación nunca suele beneficiar a los mercados.
El consenso del mercado que recoge la encuesta de Thomson First Call entre analistas de Wall Street señala que las empresas de S&P 500 habrían ganado un 11% más en el cuarto trimestre. Se trataría del tercer aumento consecutivo y, de confirmarse la cifra, del más importante de los registrados desde el tercer trimestre de 2000.
Esta presunción unida a los recortes de impuestos anunciados por la Administración Bush y a la creencia de que la economía saldrá de su postración este año han animado a agitadores, intermediarios y visionarios de los mercados.
La pregunta, no obstante, que lanzan de manera reiterada los analistas más fríos es si estos resultados, en el caso de que se cumplan los pronósticos, serán suficientes para alimentar una corriente favorable a la inversión en acciones. O lo que es lo mismo, ¿están caras o baratas las Bolsas estadounidenses con estos resultados?
Los expertos menos apasionados con las cosas de la Bolsa, tanto cuando suben como cuando bajan, señalan que el S&P 500 empezó el año cotizando a 17 veces (PER) los resultados previstos para para 2003, pero contabilizando extraordinarios, una técnica en la que insisten muchas compañías estadounidenses a pesar de los nuevos cambios contables aprobados hace unos meses.
Sin extraordinarios ni otros legados de contabilidad creativa, aunque sean de consideración menor, el PER estaría en el entorno de las 35 veces. Hay muchos gestores e inversores que consideran, así, que las acciones estadounidenses no están baratas y que los resultados de cierre de 2002 paliarán de manera parcial este fenómeno, pero que no incitarán, en ningún caso, a la compra desaforada de títulos.
A corto plazo, la situación geopolítica y los movimientos cada vez más pronunciados en los mercados de divisas y de petróleo son referencias que conviven con la presentación de resultados.
Los bonos, en el filo de la navaja
Después de tres años de caídas continuadas de los tipos de interés, que han hecho que el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años bajen desde el 6,8% hasta niveles actuales del 3,6%, los inversores y gestores apalancados en bonos se encuentran en una situación difícil, según los expertos. ¿Hasta cuándo puede durar esta situación? Los que juegan a favor de estos instrumentos señalan lo que sucede desde hace 10 años en Japón. Los que consideran lo contrario apuestan por subida graduales de los tipos a partir de final de 2003 con motivo de la recuperación económica.Si prospera la última tesis, la enorme burbuja de la renta fija comenzaría a desinflarse mucho antes de que comenzaran a subir los tipos de interés. Con todo, no hay signos de que los inversores se hayan sosegado y mirado con más detenimiento la compra de bonos del Tesoro. O lo que es lo mismo, gana por ahora el sentimiento de que los tipos de interés continuarán bajos durante mucho tiempo y que en Europa incluso puede bajar en los próximos meses.