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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El automóvil gira al Este

El grupo PSA Peugeot-Citroën, segundo productor de automóviles en Europa, anunció ayer que instalará una nueva fábrica en Trnava (Eslovaquia), en la que invertirá unos 700 millones de euros para tener una capacidad productiva de 300.000 coches al año a partir de 2006. Eslovaquia gana así la puja abierta el pasado octubre, cuando PSA anunció que buscaba emplazamiento para su nueva factoría entre los países ex comunistas candidatos a ingresar en la UE.

La decisión de PSA de abrir un nuevo centro productivo, cuando tiene nueve plantas en Europa (incluidas las de Vigo y Madrid) y otra en construcción junto con Toyota en Kolin (República Checa), se considera atrevida. El grupo se apoya en previsiones ambiciosas de aumento de la producción, desde los 3,25 millones de unidades actuales hasta 4 millones en 2006. Portavoces de PSA han insistido en que la inversión en Eslovaquia no supone una amenaza para Vigo (la mayor fábrica mundial de PSA, con 480.000 vehículos anuales) ni para Madrid (donde se prepara un tercer turno de trabajo ante los buenos resultados del Xsara y el C3). Sin embargo, los sindicatos admiten cierta preocupación y los expertos destacan que, si en un futuro las previsiones de PSA no se cumplieran, los centros sacrificados nunca serían los dos nuevos de Europa del Este. En todo caso, el éxito comercial del grupo francés en los últimos años y su buena presencia en mercados emergentes, como la propia Europa oriental y China, invitan a pensar que sus planes de expansión son realistas.

Muchas otras marcas de automóviles han realizado inversiones importantes en el Este de Europa, donde están presentes grupos como Volkswagen, Fiat, Opel, Renault y Suzuki. Los directivos de la industria tienen claro que para cualquier nueva instalación en Europa sólo se contempla una ubicación tras el antiguo telón de acero. Esto representa un problema para España, el tercer productor de coches del continente, con 17 fábricas que produjeron 2,8 millones de unidades el pasado año. Las fábricas españolas son muy avanzadas y productivas, pero no pueden competir con los nuevos socios de la UE en costes laborales ni en ventajas logísticas por la cercanía al mercado alemán. Tampoco en ayudas de Estado, generosas en esos países.

El riesgo de que algún fabricante cierre una planta en España para instalarse en el Este no se considera inmediato, dadas las adjudicaciones recibidas para los próximos cinco años. Pero tampoco puede descartarse a medio plazo, como advierten los autores del Libro Blanco sobre el sector que encargó el Ministerio de Ciencia y Tecnología. El aviso de Volkswagen, que ha llevado este mes desde Barcelona a Eslovaquia parte de la producción del Seat Ibiza, ha puesto de manifiesto la dimensión del desafío. España ya no tendrá las fábricas de coches más baratas de Europa. Aunque es obligado un esfuerzo de contención de costes, la diferencia tendrá que marcarse en calidad, fiabilidad, productividad y, sobre todo, flexibilidad, que cada vez se valora más.

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