El bolívar venezolano se desploma al sumarse la banca al paro contra Chávez
El paro nacional liderado por la oposición venezolana para forzar la salida del presidente Hugo Chávez alcanzó ayer su jornada 38 sin visos de solución. La Federación de Trabajadores Bancarios (Fetrabanca) aprobó ayer iniciar hoy un paro de 48 horas. El anuncio provocó que el dólar se disparara hasta superar los 1.600 bolívares, un 11,5% más que el cierre del martes.
La depreciación del bolívar ha golpeado a la economía venezolana. Desde que el Gobierno aprobó en febrero la libre fluctuación de la moneda, para evitar dilapidar las reservas en divisas en su defensa, el bolívar ha perdido un 50,5% de su valor respecto al dólar. El impacto se multiplica por el hecho de que el débil tejido industrial venezolano obliga a importar el 80% de los bienes de consumo.
De hecho, la estimación del Banco Central cifra en un 31,2% el incremento del IPC a lo largo de 2002. La paralización de las actividades petroleras a consecuencia de la huelga ha acelerado la recesión, que alcanzó en 2002 el 7%, según proyecciones de economistas venezolanos. El paro financiero afectará a 78.000 empleados de entidades privadas y públicas. 'Este es una llamada de atención al Gobierno para que no siga diciendo que aquí no está pasando nada', dijo ayer el presidente de Fetrabanca, José Elías Torres. Tras el anuncio, se formaron largas colas en los bancos, que ya operan con horario restringido desde hace varias semanas.
El paro nacional comenzó el 2 de diciembre, liderado por la Coordinadora Democrática, que reúne a opositores políticos, empresariales y sindicales. A las manifestaciones se suman actos de desobediencia civil, como no cumplir con el pago de impuestos.
El eje de la protesta es la huelga en Pdvsa, la petrolera estatal. Con el argumento de reducir costes, el Gobierno ha anunciado la disolución del cuartel general de la compañía en Caracas, para crear dos centros operativos al Este y Oeste del país. La oposición cree es una maniobra de la Administración para incrementar su control sobre la compañía y eliminar a los directivos opositores, que están en huelga.