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Energía

La ley energética francesa posibilita a Gaz de France superar el veto español

Gaz de France podría superar el veto que le ha impedido hasta ahora operar en el mercado gasístico español tras haber sido aprobada la nueva ley francesa que regula los mercados de gas y electricidad. Enagás (empresa propietaria de los gasoductos y las plantas de regasificación en España) y la Comisión Nacional de la Energía (CNE) han denegado en varias ocasiones el acceso de Gaz de France a las infraestructuras gasísticas españolas con el argumento de la falta de apertura de las redes francesas.

De esta forma, el llamado 'principio de reciprocidad' ha prevalecido y la compañía que preside Pierre Gadonneix no ha conseguido que sus proyectos en España siguiesen adelante.

Ahora la situación puede cambiar si Enagás, pero básicamente la CNE, consideran que la nueva normativa francesa no discrimina a los operadores españoles. La citada ley, que fue publicada en el boletín oficial de Francia el pasado 4 de enero, señala en el artículo 1 que el mercado francés queda abierto a la competencia con determinadas condiciones. Y en el artículo 2 indica que 'los clientes elegibles y los suministradores tendrán derecho de acceso a las infraestructuras de transporte y distribución de gas natural, así como a las instalaciones de gas natural licuado (GNL)'. Y se añade que los operadores se abstendrán de toda discriminación entre los usuarios.

Entre los clientes que se consideran elegibles están los productores de electricidad a partir de gas natural; los clientes finales, a excepción de los domésticos, siempre que el consumo sea superior a un umbral fijado en un decreto. Y también tendrán la categoría de cliente elegible los distribuidores y los suministradores.

Más adelante se indica que podrán ejercer la actividad de suministro de gas las sociedades instaladas en el territorio de un Estado miembro de la Unión Europea o en el marco de acuerdos internacionales.

Tarifas

La ley afirma que 'las tarifas y condiciones comerciales de utilización de las redes de transporte y distribución de gas natural y de las instalaciones de gas natural licuado serán establecidas en función de criterios públicos y objetivos y no discriminatorios y teniendo en cuenta las características del servicio y los costes vinculados a él'.

Esta normativa deroga algunos artículos de leyes anteriores y se añade que los monopolios de importación y exportación de gas quedan suprimidos.

Por su parte, Gaz de France que, como æpermil;lectricité de France, se verá más afectada por la competencia en su país, ya tiene desarrollada una estrategia para crecer en el exterior. En el año que acaba de concluir, sus previsiones apuntaban que el 20% de la cifra de negocios se originase en la actividad internacional, frente al 15% del ejercicio precedente.

El grupo que está controlado accionarialmente por el Estado francés y que está presente en 33 países, tiene como una de sus prioridades su expansión en Europa. En esta línea, la empresa francesa valora muy positivamente su posición en el centro de las grandes redes de transporte del continente.

Y el grupo galo ha intentado tomar alguna posición en España también en generación eléctrica. Por un lado solicitó acceso a los gasoductos de Enagás para poder suministrar a clientes, pero la denegación del permiso ha impedido que la empresa francesa puede ejercer la actividad de comercializadora.

A la compañía que preside Gadonneix se le denegó la participación en el reparto del contrato de gas argelino que se transporta por gasoducto. Gaz de France, cuya situación en España puede cambiar, es una pieza clave para la ampliación de la capacidad de transporte del actual gasoducto que une a España con Europa.

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