Barbie, la reina de los juguetes un año más
Haciendo honor a la estética que lleva su nombre, a sus 43 años, la muñeca Barbie brilla. La industria del juguete sigue sin encontrar un producto que haga sombra de manera consistente a esta diva creada por Ruth Handler, la esposa de uno de los fundadores de la multinacional juguetera Mattel, y es de nuevo de lejos el juguete más vendido en la campaña navideña de EE UU.
Según un estudio de la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas (NRF en sus siglas en inglés) ni el marketing que ha traído consigo el estreno de la última película de Harry Potter hará palidecer a Barbie, y en concreto a la llamada Rapunzel, protagonista de una película.
Del estudio de la NRF se deduce que el 46,9% de los consumidores tiene pensado comprar, por unos 20 dólares, la Barbie Rapunzel, inspirada en la protagonista de un cuento. Muy por detrás en las preferencias están las videoconsolas, con precios disuasorios para momentos en que Papá Noel y los Reyes Magos se ajustan el cinturón. Un 9,7% de los consumidores optará por este regalo en EE UU.
El reinado de Barbie comenzó con su lanzamiento, en 1959. Pero este año muchos comerciantes pensaban que la corona iba a pasar a las mucho más roqueras muñecas Bratz, que vieron la luz en 2001 y atraen un público para el que Barbie ha dejado ser el icono, las niñas de más de siete años. La irrupción de las chicas Bratz (Yasmin, Cloe, Meygan, Jade y Sasha), bajo el sello de MGA Entertainment, ha sido fulgurante al ser la muñeca más vendida seis meses seguidos, coincidiendo con la caída de ventas del 6% de Barbie en 2002.
En MGA ya hacen cuentas y calculan que sus muñecas, de gran cabeza, inmensos y maquillados ojos y llamativos ropajes sean un negocio de 3.000 millones de dólares en varios años, el doble del que se calcula que supone Barbie. Quizá pequen de optimismo. Según la NRF, sólo un 6,1% de los compradores se acercará a las tiendas a por una Bratz. Y Mattel ha sido capaz no sólo de reinventar cada año su muñeca (tiene más de 100 profesiones) sino de convertirla en estrella de cine tras su primera película, Barbie Cascanueces. En su primera aparición en cine, en 2002, Barbie fue el segundo vídeo infantil más vendido de EE UU y con el marketing adicional a los beneficios de la película su rendimiento ha sido de 150 millones de dólares. En 2002, Rapunzel ha hecho la segunda película Barbie, lo que le ha valido el privilegio de plasmar en el cemento de Hollywood sus manitas de plástico como otras estrellas de carne y hueso han hecho antes.
Para que las Bratz no le hagan sombra, Mattel ha preparado otra muñeca mucho más moderna, My Scene Barbie, una copia de las cantantes de la MTV, ombligo al aire incluido, y ya cuenta con las DivaStarz. Para consumidores más familiares, cuenta con Midge, una amiga de Barbie que luce un avanzado embarazo -con su correspondiente muñequito bebé-, y tiene ya otro niño de tres años. Con su marido Alan forman la Happy Family, aunque en algunos lugares ha creado polémica que la muñeca embarazada se venda sola.