La renta agraria española crece el 1,2% en 2002, mientras desciende un 3% en la UE
En la zona de los Quince, el precio en origen de los productos ganaderos desciende globalmente un 6,5% (caen el porcino, un 20%; los lácteos, un 7%; el pollo, un 9%, y suben vacuno y cordero, un 8% y un 4,7%) y el de los vegetales, un 1,4% (destacan los desplomes de la patata, un 15,5%; el vino, un 7%, y los cereales, un 1,8%).
Por contra, las estimaciones de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) a partir de los datos estadísticos del Ministerio de Agricultura dibujan un paisaje menos atractivo: la renta agraria habría caído en 2002 un 5,78%, afirma UPA, dados los descensos de los ingresos de los agricultores, un 2,61%, y el incremento de los medios de producción, un 2,96%. Como consecuencia, España es el país de entre los Quince que más paro agrario registró, al caer el empleo un 4,8%. Los precios en origen del ganado sufren las mayores caídas, hasta un 10%, mientras que las producciones vegetales, al crecer considerablemente, compensan en alguna medida el descenso de los precios agrícolas.
La Unión de Pequeños Agricultores indica, además, que los precios percibidos por los productos ganaderos reflejan una disminución del 10% de media, con una caída 'espectacular' en el caso del porcino (23%), unida a la 'fuerte crisis de precios' que padecen los sectores de aves y conejos, con una reducción del 13% y del 8%, en ambos casos.
Esta tendencia se extiende al sector del ovino, que acumula una caída de precio en origen del 12%, mientras que en el caso de la leche y los huevos la disminución se sitúa en el 11% y el 5,2%, respectivamente.
La excepción del vacuno
La única excepción en las producciones ganaderas corresponde a la carne de vacuno, que a lo largo de 2002 ha recuperado 'parte de las graves pérdidas ocasionadas con las crisis de las vacas locas', con un incremento de los precios percibidos por los productores del 16%.
En cuanto a las producciones vegetales, UPA constata un descenso en el precio de la patata del 48%, mientras que en el caso de los cereales la caída es del 9%, y en los cítricos, del 1,6%. Por el contrario, el precio en origen del aceite de oliva subió un 1,28% en 2002.
En el año que ahora termina, el campo español vivió una de las mayores zozobras de su breve historia comunitaria, motivada por la intención del comisario Franz Fischler de revisar los términos actuales de la política agraria de la Unión Europea, en función del calendario fijado en 2000, que preveía una reforma a mitad de camino, o sea, en 2003, de la organización del campo europeo, y que puede modificar la formación futura de la renta agraria en España.
Lo que se preveía un rudimentario debate sobre la trayectoria de las nuevas líneas diseñadas en 2000 fue tratado con mayor profundidad de la esperada, hasta el punto en que Fischler proponía una radical reforma del modelo agrario, fundamentado en que, dada la escasa credibilidad que los contribuyentes conceden al modelo agrario, o se refuerza ahora (esto es, se reforma) o los debates sobre la futura financiación agraria previstos para 2007 no tendrán piedad con el gasto y los recortes serán drásticos. Fischler proponía disociar las ayudas de la producción y recortarlas un 20%, a razón de un 3% anual durante siete años.
Sin embargo, todo su proyecto se desmoronó cuando los Quince decidieron, en el Consejo Europeo de los pasados 24 y 25 de octubre, fijar un marco financiero con horizonte hasta 2013, en el que las ayudas serían garantizadas en ese periodo, incluso con un pequeño incremento anual, aunque el fondo debería atender también el campo de los 10 países candidatos.