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Agricultura

Los precios finales suben y se recortan los pagados a los productores

La crisis de precios de los alimentos en origen volvió este año a asomar, aunque con mayor virulencia, porque los agricultores acudieron al final de la cadena y constataron que la diferencia entre lo que ellos perciben y lo que pagan los consumidores es en muchos casos abismal. Según datos del panel de precios elaborado por el Ministerio de Agricultura, un kilo de patatas se vende un 816% más caro que su precio en origen; el de melocotón, un 446%; el de cerdo, un 336%; el de naranja, un 226%, o el de coliflor, un 606%. El hecho provocó que algunas organizaciones agrarias denunciaran tales márgenes, y reclamaran del Gobierno la elaboración en 2003 de una Ley de Comercio Agrario que proteja los intereses del sector.

La caída del precio de la leche en origen (de entre 4 y 6 céntimos de euro el litro) provocó nuevos abandonos de explotaciones. La distribución continuó ejerciendo la venta a pérdidas y, a pesar de que la interprofesional láctea -Inlac- actuó, no significó el revulsivo que esperaba el sector, sobre todo por la falta de entendimientos que se produjeron dentro de su seno. El porcino sufrió también su particular calvario por la persistencia de la peste porcina clásica en Cataluña (que según los productores ocasionó pérdidas entre enero y junio de 71 millones de euros y que ha provocado el sacrificio de 222.000 animales de 250 granjas) y por la caída del precio de los cerdos en origen hasta de un 28%.

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