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Subida

La onza de oro alcanza 350 dólares por la incertidumbre geopolítica

El precio del oro alcanzó ayer niveles de 353 dólares la onza, los más altos desde marzo de 1997, para al final cerrar en la sesión europea en torno a los 345 dólares.

Aunque los expertos dudan del carácter de valor refugio del metal amarillo en la situación actual entre otras cosas, porque los Estado han abandonado el patrón-oro como referencia de reservas monetarias, la realidad es que poco a poco se ha impuesto la idea de que la evolución de los precios del oro es ahora uno de los principales referentes de la incertidumbre actual.

La incertidumbre, que es el fenómeno que mayor influencia negativa ejerce sobre las Bolsas y las divisas, se nutre en la actualidad de dos fuentes. Primero, la situación en Irak. Segundo, el miedo a una crisis económica sistémica en Estados Unidos y en la zona euro al modo de la que se vive en Japón desde hace varios años. Lo que no está demostrado, en esta segunda consideración, es que el oro sirva para algo al haber perdido referencias y patrones monetarios y estar sujeto sólo a los movimientos de la oferta y la demanda de la Bolsa de metales londinense o asiática.

¿Para qué sirve atesorar lingotes de oro en casa si la demanda se contrae y la liquidez desaparece? Es la pregunta que lanzan muchos de los gestores a sus clientes ávidos de entrar a formar parte en el festival de alzas de este metal. La respuesta parece ser sencilla y, ante todo, conduce a un callejón de difícil salida dada la escasa transparencia de los mercados de metales y el hecho demostrado de que algunos bancos centrales de Centroeuropa manejan los precios a su antojo, porque son los que aún conservan cantidades importantes de lingotes dada la cultura secular de muchos ciudadanos a invertir en oro o monedas de oro.

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