La creciente aversión al riesgo y la crisis de Irak penalizan a los países emergentes
Dos años de crisis mundial y un horizonte lleno de incertidumbres trazan un mal panorama para las economías en desarrollo. Un informe de Goldman Sachs identifica las tres grandes amenazas para los emergentes: los efectos de una guerra en Irak, el nítido riesgo de suspensión de pagos de la deuda en los países latinoamericanos y la interminable incertidumbre sobre la recuperación de las grandes economías mundiales.
La consecuencia fundamental de la incertidumbre es la exacerbación de la aversión al riesgo de los inversores internacionales. El Banco Mundial señala que los flujos de inversión extranjera privada en infraestructura han bajado un 25% en los emergentes desde 1997. 'Estamos frente a la caída más persistente de la inversión extranjera directa en países en desarrollo desde la recesión mundial de 1981-83', afirma Richard Newfarmer, economista del banco.
En América Latina, por ejemplo, el organismo multilateral estima que los flujos de capital caerán un 50% este año. Las crisis de Argentina, primero, y las de Brasil, Uruguay y Venezuela, después, están alejando a los inversores. La región cerrará el año con una contracción económica del 1,1% y del 2,6% del PIB per cápita.
Tras el rechazo el viernes pasado de Argentina a cumplir sus obligaciones con el Banco Mundial, Brasil, Uruguay y Venezuela se perfilan como grandes candidatos a declarar la suspensión de pagos, dadas sus dificultades económicas y políticas. La percepción de riesgo eleva los intereses exigidos a los países emergentes en las subastas de deuda, uno de los mayores peligros que detecta Goldman Sachs en su informe.
Para reducir este riesgo, el Fondo Monetario Internacional recomienda cambios profundos de la deuda: 'Los vencimientos a muy corto plazo y la preeminencia de papeles vinculados a las fluctuaciones cambiarias o a las divisas deberían ser evitados'. Por otra parte, no se puede olvidar que las reticencias inversoras y la desconfianza a invertir en deuda de emergentes están vinculadas al grado de recuperación de EE UU, Japón y la Unión Europea.