Planes de pensiones y planificación
A quién no le gustaría jubilarse con una renta mensual complementaria de la pensión. Antonio Morales enumera las ventajas de la planificación financiera, entre otras, la de aprender a ahorrar
Aunque tratemos un tema más que recurrente en estas fechas, la importancia que puede tener hace imprescindible la insistencia.
Empecemos haciéndonos una pregunta a modo de introducción, ¿qué es la planificación financiera? Podríamos contestar de dos formas a la pregunta; por un lado, planificar nuestras necesidades de gasto o inversión no financiera futuras, de acuerdo con nuestro perfil de riesgo y nuestra fiscalidad. Pero también podríamos dar respuesta haciéndonos una serie de preguntas, y probablemente sea más sencilla su comprensión. ¿Tengo cubiertas mis necesidades de vivienda?, ¿cómo debo planificar mi jubilación?, ¿me preocupa la futura educación de mis hijos? Si tengo un imprevisto, como una enfermedad grave o un accidente, ¿tengo preparado algún colchón?
Ahora démosle la vuelta a la tortilla y hagámonos la pregunta de si nos gustaría jubilarnos con una renta de 1.500 euros al mes más la pensión que nos corresponda de jubilación de la Seguridad Social..., si es que tenemos derecho a alguna. Y, ¿estaríamos dispuestos a renunciar a una parte de nuestro sueldo todos los meses para lograr este objetivo?
Efectivamente, la capacidad de ahorro es distinta en cada persona, y esto tiene una gran importancia a la hora de planificar las inversiones. No todo el que quiere ahorrar cuenta con un capital inicial, sino que va apartando una parte de su renta disponible para ese fin, pero, ¿cuál de los dos sería el mejor modo de hacerlo?
La inversión financiera realizada periódicamente nos puede ayudar, entre otras cosas, a obtener unas rentabilidades medias más parecidas a nuestros objetivos, dejando a un lado la tan desagradable, y ya experimentada por la mayoría, volatilidad de los mercados financieros.
Además, ese ahorro periódico, nos puede permitir planificar de forma adecuada nuestra fiscalidad, teniendo en cuenta las distintas ventajas fiscales que ofrece cada producto.
En nuestro país, desgraciadamente, no existe aún una mentalidad excesivamente previsora, y por lo tanto, las metas que nos fijamos para nuestra jubilación no son más que monetarias en la mayoría de los casos, y para cubrir nuestras necesidades básicas en prácticamente todos.
Como ya hemos comentado en innumerables ocasiones, lamentablemente, la actual situación de la Seguridad Social poco va a poder contribuir a nuestra jubilación, y si ya hemos empezado a plantearnos cómo vamos a querer vivir y cómo vamos a querer disfrutar de ese momento en el que vamos por fin a tener tiempo para nosotros, tendremos que planificar la forma en la que vamos a tratar de alcanzar ese objetivo.
En unos párrafos anteriores explicábamos que no hace falta contar con un capital inicial, y que las aportaciones periódicas nos proporcionan, además, muchos factores positivos, entre los que enumerábamos alguno, y a propósito, dejábamos para el final de este artículo una de las ventajas más importantes, como la de que nos enseña a ahorrar, algo a lo que muchos no estamos acostumbrados, y que cada vez la experiencia nos dice que es un aspecto fundamental para nuestra tranquilidad y la de los nuestros.