La UE será flexible con las 'telecos' ante la crisis que atraviesa el sector
El balance anual de la Comisión Europea sobre la evolución del sector de las telecomunicaciones, presentado ayer en Bruselas, describe un panorama tan alentador para los consumidores (con reducción generalizada de tarifas) como incierto para los operadores tradicionales, castigados por la desconfianza de los inversores.
La facturación del sector crecerá en torno al 6% este año, según la CE, por debajo del 9,5% del año pasado. La reducción de las tarifas en llamadas nacionales asciende ya al 50% respecto al nivel de 1998 y en internacionales al 40%. En telefonía móvil la caída de los precios desde el año 2000 se sitúa en el 23%.
La Comisión sigue detectando, sin embargo, problemas de competencia en banda ancha y en suministro de Internet. En España, señala el informe, el alquiler de la línea telefónica a los particulares sigue siendo más bajo que la tarifa de alquiler que Telefónica ofrece a sus competidores. España es además el país más caro de la UE en cuanto a alquiler de líneas de 200 kilómetros (58.893 euros), casi el triple que en el país más barato (Suecia, con 12.737 euros).
El comisario europeo de Sociedad de la Información, Erkki Liikanen, recalcó ayer que la Unión Europea desea en igual medida 'un mercado lo más competitivo posible', como que existan 'las condiciones necesarias para la inversión y la innovación'.
Presiones
Nadando entre las presiones de los antiguos monopolios, que piden una relajación de las normas de competencia, y de los nuevos competidores, que se quejan de un trato discriminatorio, Liikanen envió un mensaje confuso y ambiguo. 'No hay posibilidad de vuelta atrás en la liberalización', advirtió, para añadir acto seguido que 'no es un periodo fácil para el sector. Es una etapa difícil'. Liikanen ofrece flexibilidad en las normas sobre licencias de tercera generación y se muestra favorable a que las operadoras compartan redes e instalaciones. Descarta, en cambio, las ayudas de Estado.