El 20% de los productos aporta las dos terceras partes del alza acumulada del IPC
Después de publicarse el último dato de inflación, correspondiente a octubre, cuando un incremento mensual del 1% disparó la tasa interanual al 4% y la acumulada al 3,5%, las alarmas han vuelto a dispararse.
Lo cierto es que un análisis de cómo se han comportado las 117 subclases de servicios y productos en las que se divide el índice de precios de consumo (IPC) demuestra que apenas la quinta parte de esas categorías, un total de 25, aporta dos puntos y medio a la inflación acumulada en los 10 primeros meses del año (3,5%), lo que representa más del 70% del total.
De dicha clasificación, destaca el comportamiento altamente inflacionista de no pocos alimentos frescos, como las legumbres y hortalizas frescas, que lideran el ranking con un encarecimiento acumulado del 21,5%; seguido de los aceites, que se incrementan un 18,5%, y las frutas frescas, que han subido desde enero un significativo 12,5%. Además de estos productos, destacan los aumentos experimentados por el pan o las carnes de vaca, ternera y ovino, todos superiores al 8%.
Al margen del volátil comportamiento que han protagonizado en estos 10 meses los alimentos, muy influidos por las leyes de la oferta y la demanda en sus mercados, la rúbrica de vestido y calzado aportó, sólo en octubre, ocho décimas al incremento de la inflación del 1% mensual, mientras que en la tasa acumulada mantiene un peso de dos décimas.
También transportes y servicios postales han registrado incrementos por encima del 10%, dándose la curiosa circunstancia de estar ambos precios parcialmente intervenidos por decisiones de carácter administrativo. Por último, la subclase de viajes organizados, que acumula también un aumento del 8,2% a octubre, en agosto se había encarecido de promedio un 22,8%, en plena temporada turística. Tal y como hizo en otras ocasiones, como en 2000 tras la espiral de precios energéticos, el Ejecutivo ha anunciado un paquete de medidas para controlar la inflación que incidirá, sobre todo, en el sector de la distribución; después de haber realizado sucesivos llamamientos a hoteleros y propietarios de bares y restaurantes para que bajen sus tarifas, sectores sobre los que Economía ha reconocido que no se puede intervenir.
Otra de las controversias es discernir qué parte de estas alzas son imputables al euro. Estudios realizados por diversas instituciones reconocen que determinados productos (pan, servicios de hostelería, el vestido y el calzado y el transporte) se han encarecido sin causa aparente.