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IV aniversario de la UEM

El euro reduce la influencia del dólar en los mercados internacionales

El día 3 de diciembre de 1998 las autoridades europeas dieron su visto bueno definitivo a la unificación de la política monetaria (fijación de tipos de interés y de tipos de cambio) y al nacimiento de la ansiada moneda única, hecho que se hizo patente el 1 de enero de 1999. Cuatro años más tarde, el euro se ha consolidado en los mercados internacionales y en los hogares de los europeos, sobre todo después de su puesta en circulación entre los consumidores, a partir de enero de este año.

La mayor fortaleza la ha experimentado en los mercados de deuda, en donde el euro representa ya el 24% de la oferta mundial de títulos, frente al 45,6% del dólar, y el 18,8%, del yen japonés.

El avance ha sido muy superior en los bonos emitidos por no residentes (29% del total). Si se suma a estos últimos, la emisiones internas, la cuota de mercado del euro en el mercado de la deuda se eleva al 38,4%, cinco puntos más que hace cuatro años (34,5%), mientras que el dólar se ha mantenido en unos niveles cercanos al 45%. Entre los mayores emisores de eurobonos se suman grandes multinacionales como ATT, British Telecom, General Electric y General Motors, y entidades financieras como Citibank, Barclays Bank, Banco de Escocia, JP Morgan, Lloyds Group y Morgan Stanley. Y es que la fortaleza de la moneda única se vislumbra también en los mercados financieros. Los activos bancarios internacionales expresados en euros han pasado del 21,9% en 1999, al 24%. Actualmente, los depósitos bancarios denominados en euros han superado ya los 23 billones de euros. En el comercio también se ha registrado un avance. El euro es utilizado en el 50% de los intercambios comerciales (tanto exportaciones como importaciones) entre países de la unión monetaria y terceros Estados, 10 puntos porcentuales más que hace cuatro años.

El avance es significativo en algunos sectores, como el energético. Las importaciones expresadas en euros se han elevado del 10% al 15% desde 1999, en los mercados del gas y del petróleo.

Por otro lado, 54 países tienen ligada su divisa directa o indirectamente con la moneda europea. Son, principalmente Estados con fuerte relación comercial o política con países de la UE.

54 países ligados

Entre ellos se encuentran todos los candidatos del Este del continente a la ampliación de la UE, los países balcánicos, y muchos Estados con fuertes relaciones con sus antiguas metrópolis europeas (zona francófona y germanófila). A esta lista se suman otros que han decidido incluir al euro como divisa alternativa al dólar para efectuar sus pagos. Entre ellos, Israel, Kuwait, Marruecos, Jordania, Libia, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Botsuana.

Pero no todo es de color de rosa. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de elaborar un amplio documento sobre el papel del euro en la economía mundial, aprovechando el cuarto aniversario de la política monetaria única, en el que relativiza los pasos dados. El BCE se felicita por los avances registrados, pero reconoce que son graduales y limitados. El poder del euro se circunscribe al área de influencia de los países que lo conforman.

Se trata, por tanto, de una moneda internacional, pero muy focalizada. De hecho, el euro 'ha heredado' el papel de una moneda regional como era antes el marco alemán en los países nórdicos y del Este de Europa. Incluso el fuerte avance del euro en la emisión de bonos internacionales se explica por la demanda de los propios inversores de la zona euro. En cambio, la emisión de deuda en dólares atrae capital de todo el mundo. Ello explica, en parte, que el volumen de reservas internacionales en euros apenas suponga el 13% del total.

Vuelta a la paridad

Y es que el dólar sigue siendo la moneda refugio para la mayor parte de los inversores, en un escenario como el actual de fuerte incertidumbre económica. De hecho, la cotización del euro frente al billete verde se ha visto muy influida por la coyuntura económica. El euro ha llegado a situarse por debajo de los 83 centavos de dólar (octubre de 2000), muy por debajo de su máximo (1,18 dólares), registrado en enero de 1999, en los primeros días después de su nacimiento oficial.

Sólo la desaceleración económica en Estados Unidos, que se ha agravado en el último año, ha llevado a los inversores a mirar hacia el Viejo Continente. El euro ha ido recuperando desde marzo el terreno perdido en 1999 y 2000. Ayer consiguió momentáneamente igualar en valor al dólar en los mercados de divisas, arropado por el diferencial de tipos de interés entre EE UU y Europa (dos puntos más altos en la zona euro). Los expertos apuestan por una cotización superior en los próximos meses.

Con pie firme en la City de Londres

Uno de los problemas a los que ha tenido que hacer frente el euro es a la respuesta de los mercados ante un fraccionamiento de los 15 países de la Unión Europea, entre quienes entraron en la unión monetaria (once Estados, en 1999) y quienes decidieron, por diversas razones, permanecer al margen de ella, al menos momentáneamente. Entre este grupo se encuentra el Reino Unido, con una población poco afín a las tesis europeístas. El miedo inicial a una pérdida de confianza por la no inclusión del Reino Unido entre los países fundadores del euro, estaba fundamentada por la importancia de Londres como centro financiero internacional. La realidad confirma que el euro ha soportado este duro examen. Crecen los activos Actualmente, el euro representa el 19% del total de los depósitos (casi un punto más que hace cuatro años), según datos del Banco de Inglaterra. El porcentaje de activos en euros sobre el global de los que dispone el conjunto del sistema financiero británico, se ha elevado del 19,3% al 21,9%. Dos datos que demuestran la fortaleza de la moneda única más allá del canal de La Mancha. El Gobierno laborista del primer ministro Tony Blair ha prometido un próximo referéndum sobre la entrada en el euro, aunque el Ejecutivo está midiendo con lupa la fecha más propicia para asegurarse el sí de un electorado euroescéptico.Suecia, otro miembro de la UE que quedó fuera del nacimiento del euro, ha fijado el referéndum para el año 2003.

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