La estabilidad presupuestaria, una polémica sin fin
La Asociación de Economía de Castilla-La Mancha acaba de dar a luz el primer número de la Revista CLM Economía en el que cada número abordará, con carácter monográfico y con rigor científico, los temas económicos más relevantes para la sociedad.
La composición del Comité Científico de su consejo de redacción es una garantía de éxito que esta revista está llamada a tener en el futuro; de sus once miembros, siete son profesores de universidades extranjeras de alto renombre y uno de ellos (Robert A. Mundell) es premio Nobel de Economía.
La dirección de la revista corre a cargo de los profesores José María Montero, Miguel Ángel Galindo y Julián Sánchez, a los que advertí de la enorme tarea que han asumido para tratar de sacar adelante algo nada fácil: abrirse camino en un mercado restringido y con existencia de revistas de alto prestigio. Estoy seguro de que lo conseguirán.
El primer número está dedicado a la estabilidad presupuestaria, con 10 artículos de los cuales uno corresponde a la aportación del profesor Richard A. Musgrave, Saldo presupuestario y hacienda sana; otro, a los profesores Christos C. Paraskevopoulos y John Smithin, Integración económica y financiera: implicaciones sobre la política fiscal y social de una nación, y el tercero es una reproducción del trabajo del Banco Central Europeo publicado en el boletín mensual de abril de 2002, Funcionamiento de los estabilizadores fiscales automáticos en la zona del euro. Los siete restantes corresponden a aportaciones de profesores universitarios españoles (seis) y a la consejera de Economía y Hacienda y al director general de Presupuestos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que dan una visión institucional de la estabilidad presupuestaria.
El acto de presentación de la revista, que fue presidido por la consejera de Economía y el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, se realizó en la Real Fundación Toledo el 19 del corriente mes. Siete de los autores de aportaciones al número 1 de la revista intervinimos en el acto de la presentación, exponiendo puntos de vista sobre los temas abordados en la misma. Como no podía menos de suceder en un ámbito universitario, cada uno expresó libremente sus opiniones, como lo hicimos en los artículos que habíamos escrito; éste será el lema de la revista, como expusieron en el cierre del acto de presentación la consejera de Economía y el rector de la Universidad.
En fin, un gran éxito por el tema abordado, de gran actualidad en la unión monetaria, que está siendo objeto de un fuerte debate tanto desde el punto de vista doctrinal como en la aplicación del Pacto de Estabilidad en Alemania, Francia, Italia y Portugal, y por la gran asistencia de público, principalmente profesores y estudiantes universitarios, que llenaron completamente la sala.
Como podrán apreciar los lectores de la revista, no existe acuerdo entre los economistas españoles sobre la necesidad de que el presupuesto se convierta en un instrumento al servicio de la estabilidad de la economía.
Por mi parte, hace ya bastantes años que vengo defendiendo tal postura; en diciembre de 1997, elegí el tema Disciplina presupuestaria e integración de España en la unión monetaria y en el capítulo 7 propuse los principios que habían de servir para elaborar una nueva ley general presupuestaria reformadora del proceso presupuestario español con el objetivo estabilidad.
Por otra parte, constituyendo la estabilidad económica uno de los grandes principios de la Unión Europea y de los Estados miembros, no tiene nada de extraño que en el documento Principios para elaborar una nueva ley general presupuestaria, que confeccionó la Oficina del Presupuesto del presidente del Gobierno y que elevó a la consideración de la comisión encargada de elaborar la citada ley, la estabilidad de la economía debía ser el eje central alrededor del cual girase la nueva Ley Presupuestaria.
Toda idea requiere su tiempo y la de estabilidad económica no había calado aún en los profesionales de la Administración presupuestaria; al cabo de unos meses de discusión, sin avanzar por el camino propuesto por la Oficina del Presupuesto, ésta se retiró de la comisión.
La reciente aprobación de la Ley General de Estabilidad Presupuestaria parece abrir de nuevo la esperanza de que en el nuevo entorno de la Unión Económica y Monetaria, en España se reconozca al presupuesto como instrumento para conseguir la estabilidad de la economía: esperamos que la nueva Ley General Presupuestaria, pendiente de remitir al Congreso por el Gobierno (van ya cinco meses de retraso), se articule en tal principio.
La política de déficit cero con carácter permanente que propugna la Ley de Estabilidad Presupuestaria tiene su razón de ser en la comunidades autónomas y en las corporaciones locales, ya que no corresponde a las mismas la función de estabilización de la economía.
Sin embargo, para el Estado, a quien corresponde la función de estabilización de la economía de acuerdo con la organización adoptada en la unión monetaria, donde el Presupuesto de la Unión sólo representa el 1,27% del PIB comunitario y la política momentaria está centralizada en el Banco Central Europeo, transformar el déficit cero en un objetivo permanente sería un error.
En efecto, en época de recesión el Estado tendría que recortar los gastos públicos o aumentar los impuestos para equilibrar el Presupuesto; la política presupuestaria tendría un carácter procíclico, lo que conduciría al país a un ajuste largo en el tiempo para salir de la recesión, con efectos negativos sobre el crecimiento a largo plazo.
Por ello, el Tratado de la Unión y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento admite que, en casos excepcionales y de forma temporal, el objetivo de situaciones presupuestarias próximas al equilibrio o con superávit pueda transformarse en déficit, que no debe superar el 3% del PIB en caso de grave recesión, como consecuencia de la entrada en juego de los estabilizadores automáticos.