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Las cajas aprovechan una Bolsa barata para ampliar su inversión en empresas

Las cajas de ahorros están aprovechando los bajos precios de la Bolsa para aumentar sus participaciones empresariales. En pleno repliegue de los bancos, cuya necesidad de obtener liquidez les está llevando a significativas desinversiones en sectores que hasta hace poco consideraban estratégicos, las cajas mantienen todavía un fuerte ritmo de inversión tanto en créditos como en renta variable.

Al finalizar septiembre el sector del ahorro tenía una cartera global de renta variable (acciones, participaciones estables o participaciones en empresas del grupo) de 42.841 millones de euros. Esta cifra se sitúa ya a menos de 6.000 millones de euros de distancia de la registrada por los bancos, de acuerdo con los balances y estadísticas de la banca en España, aunque éstos apostaron mucho antes que las cajas por la creación de cartera industrial como medio de diversificar el negocio, compensar márgenes y mejorar resultados vía dividendos.

Más de la mitad de la cartera global de las cajas, 28.582 millones de euros, son participaciones estables (participaciones de carácter permanente del 20% como mínimo, o del 3% si la empresa cotiza en Bolsa), un saldo un 10,5% mayor que el de hace un año.

Este aumento contrasta con el descenso del 12% en los bancos en el mismo periodo.

De hecho, hasta marzo de este año jamás se había producido una caída del saldo de renta variable de los bancos, según la serie histórica que la Asociación Española de Banca (AEB) publica desde 1992. Entre septiembre de 2002 y septiembre de 2001, el total de la cartera descendió casi un 4%, hasta 48.465 millones de euros. El descenso contrasta poderosamente con tasas de crecimiento cercanas al 20% en septiembre de 2001 y de cerca del 80% en los primeros meses de ese ejercicio.

El frenazo responde a una nueva política de los bancos, sobre todo de los dos grandes BBVA y Santander Central Hispano, que escarmentados por el varapalo sufrido en su cuenta de resultados por la reducción de ingresos de sus participadas, han decidido reducir la concentración de riesgos ajenos al negocio bancario clásico. Además incorpora el efecto de descontar en el saldo del mes las minusvalías producidas por la pérdida de valor de los títulos a fecha del trimestre anterior.

El desplome bursátil ha obligado a muchas entidades, bancos y cajas, a hacer cuantiosas provisiones por minusvalías, ya que el precio de las acciones ha colocado muchas participaciones por debajo de precio de adquisición.

A este cambio de estrategia de los bancos responden las sonadas ventas en Dragados, ACS, en el caso de SCH; o Repsol, Telefónica o Metrovacesa, en el del BBVA, entre otras.

En cuanto a las cajas, destaca el fuerte aumento de las inversiones de las valencianas, con operaciones de calado en el sector hotelero y la compra de Bami.

La Caixa sigue teniendo el grupo industrial por excelencia. Sus participaciones representan casi el 25% del total del sector, sin contar las que tiene a través de empresas del grupo. Entre las operaciones más recientes, destaca la venta por parte de Hisusa (participada por Suez y el grupo La Caixa) del 8,9% de Acesa a la portuguesa Brisa y a la italiana Autostrade.

A septiembre, el valor de mercado de las participaciones del grupo en sociedades cotizadas era de 10.195 millones de euros, con unas plusvalías de 484 millones.

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