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Debate

El sector de inversión pide un único regulador que garantice la integración

Más de un centenar de representantes del sector financiero acudieron a la convocatoria de Eurofi 2000, una organización independiente, pero cofinanciada con capital público (especialmente francés) que desde hace dos años promueve la consolidación de los mercados financieros. Entre los oradores, además del comisario de Economía, Pedro Solbes, figuraban Claude Bébéar (presidente de AXA), Rainer Masera (presidente de Sanpaolo IMI), sir Nigel Wicks (vicepresidente de Euroclear), Martin Wheatley (viceconsejero ejecutivo de la Bolsa de Londres) o Alexandre Lamfalussy (ex presidente del Instituto Monetario Europeo).

La cita sirvió además para presentar los resultados preliminares de un estudio elaborado por Eurofi 2000 basándose en la opinión de 180 compañías del sector sobre la futura integración de los mercados financieros. Los resultados definitivos se presentarán la próxima primavera, pero Eurofi ya ha concluido que el sector reclama 'un mercado financiero europeo con normas, estándares y trámites comunes'.

Eurofi añade, a partir de las 55 respuestas recibidas por escrito y 61 entrevistas realizadas como base para sus propuestas, que el actual sistema 'de reconocimiento mutuo entre las legislaciones nacionales y controles nacionales representa una solución provisional aceptable, pero cuyo resultado será un mercado integrado con imperfecciones'.

El estudio también constata que, 'dada la creciente interrelación entre todos los segmentos de los mercados de valores y sus intermediarios financieros, los riesgos del sistema sólo pueden resolverse a nivel europeo'.

El sector se decanta a favor de una estructura reguladora unificada, similar a la creada con el Banco Central Europeo desde el comienzo de la unión monetaria el 1 de enero de 1999. Ese nuevo organismo debería coexistir con las autoridades de supervisión nacional, coordinadas por el regulador europeo. El lema para este planteamiento de regulación y supervisión separadas sería 'tanta centralización como sea necesaria y tanta descentralización como sea posible'. Las demandas del sector, según el grupo Eurofi, van incluso más lejos que las iniciativas de los Estados miembros de la UE, reticentes a transferir el control a una autoridad federal europea.

El comisario europeo Pedro Solbes recordaba ayer que 'gobiernos, operadores, reguladores y supervisores nacionales intentan todos promover su propio modelo'. Según Solbes, esta actitud no obedece 'a una resistencia natural al cambio, sino también al temor a perder una posición competitiva ganada con el respectivo modelo'.

El apoyo del sector a un regulador único será probablemente bien acogido por Gobiernos como el alemán, pero cabe esperar una respuesta escéptica en la City londinense. 'No creo que necesitemos un regulador europeo', señaló durante su intervención en la conferencia de ayer la eurodiputada conservadora británica, Theresa de Villiers. 'Esa figura puede causar temor'. Villiers señaló que 'nuestra prioridad debe ser la consulta con los mercados'.

David Wright, director del Departamento de Mercados Financieros de la Comisión Europea, defendió el trabajo legislativo y regulador llevado a cabo en el último año (las directivas de fondos de inversión, de manipulación de los mercados, del folleto único, de colaterales y de conglomerados financieros están a punto de ser concluidas o ya lo han sido). 'A veces', lamentó, 'estos progresos se reconocen más en EE UU que en la Unión Europea'.

Otros oradores, como Mark Garvin, representante en Europa del banco de inversión JP Morgan, recordaron también que la integración bursátil demanda otras reformas urgentes como la de los fondos de pensiones.

Los diferentes puntos de vista se tornaron unanimidad en cuanto a los beneficios que la Unión Europea puede esperar de una integración de los mercados. Bruselas calcula que el mercado único incrementará en un 1,1% el PIB comunitario en un plazo de 10 años. Otros datos de la patronal europea auguran que el ahorro para inversores y consumidores en un mercado financiero sin fronteras puede alcanzar los 15.000 millones de euros anuales.

El objetivo: equiparar la liquidez del mercado europeo con la del estadounidense. 'Entonces sabremos que hemos triunfado', concluyó Martin Wheatley, viceconsejero de la Bolsa de Londres.

La liquidación y compensación debe ser más barata

El eslabón perdido de la integración de los mercados bursátiles en Europa se encuentra al final de la negociación transfronteriza de los valores, según señalaron ayer los expertos del sector en una conferencia organizada por Eurofi 2000 bajo los auspicios de la Comisión Europea. Alexandre Lamfalussy, autor junto a otros especialistas del método de legislación rápida para los mercados bursátiles que ha estrenado este año la Unión Europea, se mostró 'muy preocupado' por la falta de avances en la integración de los sistemas de compensación y liquidación de valores. Europa sigue contando con 20 cámaras que realizan ese servicio y, aunque el número se ha reducido en una decena desde que se inició la unión monetaria en 1999, la ineficacia del sistema sigue pareciendo evidente. Los costes de una operación bursátil transfronteriza siguen siendo mucho más elevados que los de una nacional. Los operadores reclamaron ayer que al menos los sistemas se hagan compatibles para que puedan reducirse esos costes. Sir Nigel Wicks, vicepresidente de Euroclear, una de las dos Cámaras de compensación internacional que operan en Europa, aseguró que la intención de su compañía es 'crear un mercado europeo de compensación antes de 2005 para al menos el 60% de las transacciones de valores en Europa'. La Comisión Europa, por su parte, investiga desde hace meses la labor de las Cámaras para dilucidar si se están produciendo prácticas anticompetitivas.

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