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Lealtad, 1

Bajo el yugo de los índices adelantados

La que algunos definen como bestia bursátil camina lenta, pero camina. Es lo que sucede desde hace varios días en el mercado. Las volatilidades crecientes hacen creer a los participantes que todo está cogido con alfileres y que en cualquier momento la presa bajista puede reventar. Así pasan los días y los índices siguen con lentitud exasperante al alza. Pero ni ha cambiado el sentimiento del mercado ni han mejorado los volúmenes de actividad.

Es la proximidad de final de año la que explica la iniciativa actual, porque este recurso al que muchos analistas y agitadores acuden, por aquello del rally de cierre del año que generalmente nunca se da, tiene un efecto balsámico sobre los vendedores en potencia.

El discurrir de los índices, a la búsqueda de los niveles de agosto, se apoya más en la escasa presión de las órdenes de venta que en el afán comprador de instituciones o particulares. En este camino resalta, sin embargo, el yugo que representan los numerosos índices adelantados que se publican cada día tanto en la zona euro como en Estados Unidos.

Algunos analistas y observadores van más lejos en sus calificativos y señalan, sin ambages, que más que un yugo es una tiranía, una dependencia total y enfermiza que alcanza mayor relieve en tiempos de sequía negociadora como ahora.

La de ayer fue la sesión típica en este sentido. Desde primera hora del día los mercados fueron bombardeados con índices de sentimiento económico en Europa y en Estados Unidos, encuestas de confianza y cifras del PIB estadounidenses que alteraron los movimientos de los índices al instante.

Sólo los estrategas más fríos recomiendan no perder la calma y, por supuesto, no dejarse llevar por los estados de ánimo de quienes divulgan las noticias. Las cifras son las que son y los recursos utilizados de mejores o peores de lo esperado no aportan nada a las valoraciones bursátiles.

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