Bush presiona a Riad para que apoye el ataque a Irak
Las autoridades de Riad reconocen a través de terceros que Washington está redoblando la presión sobre Arabia Saudí para obligar a ese país árabe a que colabore en el ataque que la Administración Bush planea contra Irak. La prensa oficial del reino acusó ayer de 'maliciosas y falsas' las acusaciones que vinculan a la embajada saudí en EE UU con la financiación de terroristas de Al Qaeda.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, afirmó el lunes que Arabia Saudí es 'un buen socio', pero que 'debe hacer más' en la lucha contra el terrorismo. Un informe del Pentágono, publicado ayer por The Washington Post, recomienda exigir a Arabia Saudí que 'reprima a los que financian el terrorismo en un plazo de 90 días o se enfrente a acciones unilaterales de EE UU para llevar a los sospechosos ante la justicia'. Los saudíes niegan a EE UU el uso de sus bases, claves en la primera guerra del Golfo, para atacar a Irak.
Las relaciones saudíes y estadounidenses han sido hasta ahora sólidas. Las empresas americanas crearon y desarrollaron la infraestructura petrolera del país, informa Fernando Martínez. Los saudíes rompieron el embargo petrolero de 1973 e incrementaron su producción al inicio de la guerra Irán-Irak (1981) y de la guerra del Golfo (1990-1991). Pero la situación es más inestable cada día. La renta per cápita, en dólares constantes, ha pasado de 23,800 dólares en 1980 a 2,560 en la actualidad. Un 50% de la población es menor de 15 años y las perspectivas son cada vez peores en una economía incapaz de librarse de la dependencia del petróleo, que representa el 40% del PIB.