La Copa América, un lujo demasiado caro
El presidente de Oracle, Lawrence Ellison, invertirá 95 millones en intentar ganar una jarra de plata de alrededor de siete kilos que vale unos 250.000 euros. Competir por la Copa América (America's Cup), el premio de navegación más prestigioso del mundo, es muy caro. Ellison costea dos yates de carreras de fibra de carbón y el personal correspondiente (150 empleados, entre los que figuran 40 marineros, nueve meteorólogos y dos chefs).
El precio no incluye el yate de recreo de cuatro pisos y 73 metros de largo en el que se relaja después de las carreras. 'Se necesita mucho dinero para tener un equipo que compita en la Copa América. Y a diferencia del béisbol, uno no puede obtener su dinero de vuelta vendiendo el equipo a otro'.
Organizadores, competidores e incluso otros multimillonarios como el pionero de la telefonía celular Craig McCaw, patrocinador de un equipo de la Copa América junto con el cofundador de Microsoft, Paul Allen, aboga por recortar los costes. 'El deporte se encuentra en una encrucijada', asegura McCaw. 'Debe haber un equilibrio entre tener una competencia abierta y no simplemente que gane quien más gaste'.
El presidente de Oracle invierte 95 millones; Prada, 90, y el equipo patrocinado por Paul Allen tiene un presupuesto de 75 millones, frente a los 20 de Areva
Ocho equipos intentan lograr la calificación necesaria para la competición que se celebrará en febrero, en cuya final compiten dos barcos tras una eliminatoria de 'el mejor de los nueve'. El equipo de Nueva Zelanda ganó la copa en el 2000, y el ganador de la copa Louis Vuitton este mes en Nueva Zelanda será el retador.
La competición ha sido un pasatiempo para ricos desde sus comienzos en 1851, y ha atraído a nombres como sir Thomas Lipton, Harold Vanderbilt y JP Morgan. Los equipos siempre se han esforzado en invertir en tecnología -Morgan destinó 175.000 en Reliance en 1903 (el equivalente a 3,6 millones actuales), una embarcación con mástil telescópico.
Hasta un 60% del presupuesto de 75 millones de Oneworld Challenge, el equipo de McCaw y Allen, se destina a tecnología, según Bob Ratliffe, director ejecutivo. La quilla del barco -la aleta principal en la parte inferior de la embarcación- fue diseñada por ingenieros aeroespaciales en Boeing y construida por Ford. El grupo alquiló túneles de viento a la NASA para probar la forma del casco.
Ahora que el gasto ha aumentado, más personas, entre ellas Bruno Trouble, quieren contenerlo. Trouble, el capitán del equipo de Francia que en 1980 participó en la competición y fundador de la copa Luis Vuitton, asegura que la competencia podría volverse tan exclusiva como para dejar fuera a todo el mundo excepto a los multimillonarios. Por su parte, Ellison -que repartió el coste de 95 millones este año con BMW- es el más derrochador de los ocho concursantes. El equipo italiano Prada Challenge invertirá 90 millones y el que menos desembolsará será Le Defi Areva, cuyo presupuesto de 20 millones está respaldado por Areva, la sociedad estatal que controla la industria nuclear francesa. Algunos equipos ya han abandonado este frenético ritmo de gastos. Después de participar en tres ocasiones, Tatsumitsu Yamazaki, presidente de la junta directiva de S&B Food, retiró su equipo este año porque no pudo reunir suficientes patrocinios.
No obstante, gastar más en la prueba no siempre se traduce en victoria. Desde 1987, el equipo que más partidas ha destinado al evento ha visto cómo su rival se quedaba con la copa. Equipos de Alemania, Holanda, China y Japón, que competirán en la copa Louis Vuitton, han avanzado que participarán si se rebajan los costes.