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Josep Piqué

'Repartiremos el espectro de Quiero entre RTVE, Antena 3, Tele 5 y Canal Plus'

El ministro de Ciencia y Tecnología se da de plazo hasta marzo para poner en marcha el plan de choque con el que quiere enderezar el futuro de las telecomunicaciones. Las urgencias de este sector hacen compatible las obligaciones de Josep Piqué en este cometido con el compromiso del político, que ve su porvenir en clave de política catalana.

Pregunta. ¿Cómo se encontró el sector de telecomunicaciones cuando llegó?

Respuesta. El sector está en crisis en todo el mundo, con quiebras, saneamientos y reestructuraciones brutales. Por eso no creo que podamos hablar de una crisis diferencial española. Otra cosa es que ante un problema global intentemos encontrar soluciones locales. No se trata de hacer tabla rasa con lo anterior o enmendar la plana, sino de reaccionar rápidamente ante lo que percibí como una situación delicada. En estos casos la labor del Gobierno tiene que ser clara, y por eso estamos tomando medidas rápidas, conscientes de que eso comporta riesgos, pero también de que es mejor que la inacción.

'Las medidas concretas tienen que materializarse en los próximos meses, y las iniciativas legislativas estarán en las Cortes no más allá de marzo'

'Creo que puedo compatibilizar mi labor al frente del ministerio y las elecciones catalanas, aunque, a medida que se acerque la fecha, habrá que tomar decisiones'

'Le hemos dado una última oportunidad a la telefonía fija. Cada vez más, la competencia se va a establecer de manera global, y no por segmentos o tecnologías'

P. El sector le tiene ahora subido en un pedestal, hay grandes esperanzas en la política que está desarrollando. Pero usted fue el mentor de su antecesora, Anna Birulés, y su política fue muy criticada.

R. Al final, el tiempo pondrá las cosas en su lugar y todos nos daremos cuenta de las enormes dificultades que comporta poner en marcha un ministerio de nueva creación, y justo, en el caso de las telecomunicaciones, cuando estalló la burbuja tecnológica. Creo que, cuando se vea desde una perspectiva de largo plazo, la valoración no será necesariamente negativa. Otra cosa es que ante la actual situación haya que tomar decisiones muy concretas. Y tengo una convicción: cuando las situaciones son complicadas, necesitas establecer la máxima complicidad posible con los sectores afectados. Eso no significa que hagas la política que ellos quieren, sino que los sectores asuman como necesaria y conveniente la política que estás dispuesto a llevar a cabo, de manera que al final todos nos hagamos corresponsables tanto de lo que se hace como de sus riesgos.

P. Pero es cierto que las primeras medidas que ha tomado son claramente contrarias a lo que había antes o conceden peticiones que las operadoras llevaban meses pidiendo y hasta ahora se les habían negado.

R. Desconozco las circunstancias políticas que podía haber hace unos meses. Ahora hay una clara convicción en todo el mundo de que la implantación de la tercera generación de móviles y la televisión digital no son posibles en los plazos que se pensaba, por lo tanto es el momento de cambiar estas condiciones. Hace un año no estoy seguro de que lo fuera.

P. Cuando usted anunció el plan de choque para el sector daba la sensación de que se iba a implementar mucho más rápido.

R. Hay aspectos que hay que modificar por vía legislativa. Hay que cambiar una ley y eso en democracia no se hace de un día para otro. Otros requieren una negociación con los sectores. Creo, sinceramente, que hemos tomado bastantes decisiones en los dos meses y medio, en la práctica, de trabajo del nuevo equipo. Pero sí estoy de acuerdo en algo, y es que dada la situación y dado el calendario político que tenemos por delante es muy importante que adoptemos el mayor número de medidas posibles de aquí a Semana Santa. Eso significa que las medidas concretas que vamos desgranando tenemos que materializarlas en los próximos meses y que todas las iniciativas legislativas con rango de ley tienen que estar en las Cortes no más allá del mes de marzo, porque si no va a ser muy difícil que sean aprobadas en esta legislatura.

P. ¿Cuáles son las prioridades de este calendario?

R. Había una primera urgencia que era la telefonía básica, con una situación realmente preocupante, por la amplia posición de dominio del incumbente, y con una incapacidad de los nuevos operadores de constituirse en clara alternativa a Telefónica. Esto iba ligado a una problemática compleja y políticamente muy sensible, porque modificar el price cap no es precisamente una decisión fácil desde el punto de vista político...

P. ¿Se alegra de haber modificado el sistema de precios máximos de Telefónica antes de conocer el IPC de octubre?

R. Las telecomunicaciones han presionado a la baja el IPC durante todos estos años y lo van a seguir haciendo en el futuro, pero creo que está bien haberlo modificado cuando lo hicimos.

P. ¿Era la telefonía fija el segmento más necesitado de reformas?

R. Era el que necesitaba actuaciones más inmediatas, aunque es cierto que desde el punto de vista conceptual tenemos que hacer algunas reflexiones más de fondo. El modelo de liberalización que se desarrolló desde mediados de los noventa en Europa partía de la base de que se tenía que introducir competencia en sí misma en cada uno de los segmentos tecnológicos, y ésta es la lógica que hemos seguido todavía en las últimas medidas. Pero creo que le hemos dado una última oportunidad a la telefonía básica. Intentamos introducir competencia para potenciar de manera específica la capacidad comercial y competitiva de los operadores alternativos a Telefónica, pero la competencia se va a establecer cada vez más de forma global y no dentro de cada segmento ni entre las diferentes tecnologías. Hay que ver cómo evoluciona el sector, porque a lo mejor dentro de un tiempo nos lo tenemos que plantear de una manera distinta.

P. La televisión digital vive una situación absurda ya que no hay posibilidad de recibirla.

R. Estamos ante una pescadilla que se muerde la cola, porque aunque se emita en digital no se recibe en digital, así que los emisores no tienen ningún incentivo para mejorar los contenidos que ofrecen; y nadie tiene interés en recibir en digital porque se les da exactamente lo mismo que en analógico. ¿Cómo rompemos eso? ¿Cómo conseguimos que se invierta en la digitalización del sector audiovisual en España? Estamos trabajando en una serie de medidas y espero que podamos hacer públicas las primeras antes de finales de año. El resto, se harán en el primer trimestre.

P. ¿En qué sentido irán estas medidas?

R. Para que el círculo pueda romperse hace falta, por ejemplo, adaptar las antenas colectivas y también los receptores, para lo que se necesita un compromiso de los fabricantes. Todo ello tiene que hacerse en complicidad con los afectados, porque tenemos que ver cómo encontramos un equilibrio para anticipar algo que a mí me parece absolutamente imprescindible, que es el llamado apagón analógico, previsto para 2012. Si podemos adelantarlo habremos dado un paso adelante muy serio; y para eso hace falta introducir algunos elementos de intervención del sector. No se trata de decirle a los españoles que van a tener que tirar sus receptores, sino que, con unos determinados plazos y planteamientos, vamos a ver si es posible que cada vez haya más gente que pueda recibir señal digital y que eso haga más atractiva la emisión de diversos programas a través de cada canal convencional.

P. El sector reclama la redistribución del espectro que dejó libre Quiero TV.

R. Esta reclamación me parece de sentido común y estamos trabajando en ello. El objetivo es dar un múltiplex a RTVE, Antena 3, Tele 5 y Canal + para que no haya restricciones desde el punto de vista tecnológico.

P. ¿Se ha tomado alguna decisión sobre el estándar? Birulés abogaba por el MHP.

R. Es un problema de gran complejidad técnica. En principio no estamos trabajando en una modificación de esa decisión, pero de la misma manera que estamos abiertos a escuchar al sector, y establecer complicidades, muestro mi disposición al diálogo en ese punto.

P. ¿Se va a dar algún tipo de subvención para la adaptación de las antenas?

R. No descarto que en algún momento se planee algún tipo de incentivo fiscal, aunque este tema no siempre es fácil. Lo importante es que sepamos explicar las ventajas que supone el pequeño gasto que puede implicar una adaptación a la tecnología digital, y eso sólo es posible cuando se puedan ofrecer mayores y mejores servicios.

P. Se ha hablado del 2007 para el apagón analógico...

R. Soy incapaz de predecir en estos momentos cuándo se puede producir. Lo único que puedo decir es que cuanto antes mejor y, desde luego, la fecha de 2012 me parece insoportablemente lejana.

P. Los operadores alternativos consideran que es usted su salvador, mientras que Telefónica recibe sus iniciativas con el gesto torcido. No obstante, la experiencia dicta que el ministerio y el operador dominante siempre terminan entendiéndose.

R. La relación que el ministerio mantiene con Telefónica en este momento es normal y por lo tanto tensa. Y es lógico que sea así porque los que tenemos responsabilidades reguladoras tomamos decisiones que propician la competencia y son incómodas para el operador dominante. Pero también quiero expresar otra convicción: nuestro país necesita de Telefónica, de su capacidad innovadora y de inversión. Es difícil pensar en avances importantes en la sociedad de la información sin un claro compromiso de Telefónica. Y ahí es donde tenemos que buscar el equilibrio. Que nadie piense que vamos a atacar a Telefónica por el hecho de que sea Telefónica. La necesitamos, incluidos los operadores alternativos.

P. Usted se ha mostrado favorable a las fusiones entre operadores alternativos. ¿No es éste un mensaje que se puede interpretar como una advertencia de que solos no lo conseguirán nunca?

R. No es que haga de menos a nadie. La experiencia nos dice que en seis años de liberalización ninguna compañía por sí sola ha sido capaz de obtener una cuota de mercado como para convertirse en una alternativa eficiente a Telefónica. Yo tengo la obligación de quedarme ahí, de hacer ese diagnóstico del modelo, pero no puedo involucrarme en decisiones empresariales que son muy complicadas.

P. El cable ha estado muy denostado durante los últimos años, pero ahora parece la gran alternativa a la telefonía fija e incluso a los problemas de la fusión digital.

R. El cable es una alternativa indiscutible, porque combina voz, acceso a Internet, puede ofrecer imágenes, servicios audiovisuales e interactividad. Es difícil que alguien pueda competir con el cable cubriendo todas estas posibilidades. Las tecnologías avanzan de forma vertiginosa y habrá que ver cuál es el panorama en unos años, pero hoy tenemos que hacer una política en favor del cable porque es la mejor garantía de que pueda haber alternativas en el mercado.

P. ¿Le va dar tiempo a solucionar los problemas del sector antes de que Cataluña absorba todo su tiempo?

R. Antes he dicho que el calendario legislativo nos impone tomar estas decisiones no más allá del mes de marzo, por lo tanto creo que puedo compatibilizar las dos cosas, aunque a medida que se acerquen las elecciones en Cataluña probablemente habrá que tomar decisiones distintas. Pero esto no me preocupa, lo que me preocupa es lo que pueda suceder en Cataluña después de las elecciones, porque creo que la aportación de esta comunidad a la estabilidad y a la prosperidad de España es tremendamente importante y en este contexto creo que el PP de Cataluña tiene que jugar un importante papel, dadas las posiciones que mantienen CiU y PSOE.

'Tenemos garantías de la inversión de Volkswagen'

Josep Piqué quita importancia al hecho de que Volkswagen tramitara 590 despidos en su fábrica en Navarra el pasado viernes, sólo dos días después de su visita a la sede central del grupo en Wolfsburg (Alemania). 'Lo habían anunciado con anterioridad, y lo que se ha hecho es negociar con los sindicatos', explica. El traslado a Bratislava de parte de la producción del Ibiza, añade, 'va a ser compensado por un aumento de la producción del Córdoba en Martorell, de tal manera que no va a haber reducciones de capacidad ni de mano de obra'. Piqué dice confiar en el futuro de Volkswagen en España: 'Tenemos garantías suficientes de que desde ya y con el horizonte de 2005 están en marcha nuevos productos en las dos plantas (de Landaben y Martorell) con unas previsiones de inversión de 1.100 millones de euros', dice el ministro, quien avisa de la competencia de la Europa del Este. 'Vamos a asistir a fenómenos de deslocalizaciones, como en su momento hubo en sentido contrario y muchas instalaciones vinieron a España a aprovechar la mano de obra barata'. En su opinión, la respuesta española debe darse 'en términos de competitividad y productividad'. El ministro apuesta por dar continuidad a los planes Prever, que incentivan la renovación del parque de automóviles, porque éste 'sigue siendo anticuado'. Y admite, sobre la propuesta de Bruselas para suprimir el impuesto de matriculación, que 'hay que ir equilibrando la fiscalidad del automóvil' en la UE. Pero eso afectaría también, avisa, a los carburantes.

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