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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Alemania, en estado crítico

La crítica situación ha obligado al Gobierno de Alemania a declarar el 'estado de excepción económica', una medida contemplada por la legislación germana que se aplica cuando la economía sufre fuertes distorsiones a causa de las dimensiones alcanzadas por su endeudamiento. Sólo cinco días después de que la Comisión Europea iniciase el procedimiento contra Alemania por haber superado su déficit el tope del 3% del PIB (las últimas cifras dan el 3,8%), los responsables de la principal economía europea han reconocido sin ambages la critica situación de las cuentas públicas.

El 'estado de alteración del equilibrio' se manifiesta en que el Gobierno prevé en un Presupuesto adicional 13.500 millones de deuda más que los previstos para 2002, hasta 34.600 millones. Al superar el endeudamiento en casi 10.000 millones de euros las inversiones previstas (25.000 millones de euros), se violarían las disposiciones constitucionales, que sólo pueden ser suspendidas mediante la declaración de la excepción económica. Para ello, el Gobierno prevé aprobar mañana los correspondientes cambios en el Presupuesto de 2002. Pero las cuentas públicas de 2003 también van a registrar, según reconoce el Gobierno, 3.400 millones de deuda más de lo previsto, hasta situarse en 18.900 millones.

Gerhard Schröder y el ministro de Finanzas, Hans Eichel, intentaron explicar ayer la situación y las medidas a adoptar en una rueda de prensa en la que, especialmente el canciller, no escatimaron altas dosis de realismo. Schröder calificó la situación de 'difícil' y sin visos de recuperación inmediata.

El Bundesbank estima, en su boletín mensual, publicado también ayer, que la economía alemana creció sólo el 0,3% en el tercer trimestre sobre el segundo (0,5% en tasa interanual). El banco de Alemania se desmarca del Gobierno al asegurar que la clave para una mejora 'está en la responsabilidad nacional', lo que matiza el diagnóstico del Ejecutivo, que responsabiliza de los problemas a la difícil coyuntura internacional.

Schröder anuncia ahora medidas urgentes basadas en recortar gastos y subir los impuestos para aumentar los ingresos fiscales. Congelará los sueldos a los funcionarios, subirá impuestos por venta de acciones y de inmuebles, eliminará el secreto bancario y aumentará las cotizaciones sociales. Con todo obtendrá una cantidad relativamente insignificante comparada con el agujero presupuestario. Mientras, la oposición cristianodemócrata le acusa de 'fraude electoral' por incumplir la promesa de no subir los impuestos.

La emergencia germana tiene que ver con la debilidad de la coyuntura internacional y también con las inundaciones que asolaron parte del país. Pero en Bruselas más de uno recapacita sobre si se han infravalorado las dificultades de la unificación germana. Que el 30% de la economía de la zona euro atraviese tal crisis es nefasto para toda la UE. La clave para la recuperación de Europa está en Alemania. El BCE está cada vez más obligado a poner algo de su parte.

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