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'Warrants'

Derivados para el nuevo siglo

El mercado electrónico de 'warrants', que comenzó a operar el lunes, dará más transparencia, liquidez y agilidad a la negociación de este producto M. R.

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icen los expertos en derivados que el potencial del mercado español de warrants es muy elevado, sobre todo si se compara con los volúmenes de contratación de otros países europeos como Alemania. Esta misma semana, el lunes, iniciaba su andadura el nuevo módulo del Sistema de Interconexión Bursátil (SIBE) de la Sociedad de Bolsas para la contratación de warrants, certificados y productos de similares características. Este mercado electrónico para la contratación de warrants está llamado a ser el detonante para un mercado cuyo crecimiento, ya de por sí, ha sido espectacular en los últimos años. No en vano, el número de emisiones ha pasado de 199 en diciembre de 1999 a 1.535 en octubre de 2002.

Los warrants, en líneas generales, son opciones negociables en las Bolsas que otorgan a su poseedor el derecho, que no la obligación, de comprar (call) o vender (put) una cantidad determinada de un activo en un plazo determinado. Para ello, el inversor paga una cantidad, denominada prima, inferior a la que pagaría por la adquisición del activo en sí. A diferencia de las opciones, los warrants tienen un plazo de vencimiento mayor, y se pueden emitir sobre cualquier activo subyacente, incluso tipos de cambio, cestas de valores y materias primas.

'El mercado electrónico de warrants va a repercutir positivamente en el inversor final, porque va a portar más transparencia, más liquidez y más eficiencia al mercado', apunta Henry Bradford, de Citiwarrants, división de Citigroup. Hasta ahora, los warrants se negociaban en el segmento de renta fija del SIBE y las órdenes se introducían a mano, no de manera automática. Las operaciones aparecían en el mercado ya cerradas, no había negociación efectiva. 'El sistema anterior limitaba mucho la operativa', explica Patrick Mullot, de la división de warrants de BNP Paribas. 'Había liquidez, pero no se veía'.

Con el nuevo mercado electrónico, en marcha desde el lunes, los emisores de warrants -ocho actualmente en España- introducen de forma continuada y en tiempo real, a través de los miembros de la Bolsa, los precios de compra y de venta de estos productos, en función de la variación que estén experimentando en el mercado los activos subyacentes. Es decir, si por ejemplo la acción de Telefónica está subiendo a lo largo de la sesión, la prima de los warrants emitidos sobre las acciones de la operadora variarán con su subyacente.

En definitiva, este módulo permite el acceso al sistema a través de una aplicación informática homologada. Hasta ahora, además del cruce de órdenes a través del teléfono o el fax, cada emisor disponía de un sistema informático propio con el que operaba con los intermediarios. El nuevo sistema permite el envío de órdenes de manera continuada, y el acceso a la información en tiempo real. Cada valor cuenta con un especialista de mercado, que serán los emisores, cuya función es la de dotar de liquidez al warrant. El mercado tiene el mismo horario que la Bolsa, de 9.00 a 17.30, y se compone de tres segmentos: un mercado de órdenes (el mercado principal), un mercado de bloques para la comunicación de operaciones de gran volumen y un mercado de operaciones especiales que estará operativo después del cierre del mercado.

El mejor precio

Las órdenes que entran en el mercado se ejecutan en función del precio y el tiempo. Es decir, las órdenes con mejor precio (más alto a la compra y más bajo a la venta) se ejecutan primero. En caso de órdenes con igualdad de precios se ejecutan aquellas que han entrado primero.

'El mercado está vivo, y eso permite que la supervisión sea activa', explica Patrick Mullot. 'Se pueden comprobar los precios y detectar los problemas. Eso supone un mayor control que va en favor de la seguridad del inversor'. Los emisores de warrants confían en que el mercado electrónico impulse el volumen de negociación y popularice este tipo de productos entre los inversores. Para ello, afirman, las Bolsas deben acompañar. 'En general, el inversor es más dado a invertir cuando las Bolsas suben', afirma Henry Bradford, quien sin embargo recuerda que en estos años difíciles ha crecido en interés por las put, es decir, la opción de venta de un activo, cuya prima crece cuando el activo subyacente cae. Es una herramienta idónea para cubrir las carteras si se teme que el mercado va a caer.

'Es importante popularizar este producto, pero con conocimiento', continúa Bradford. 'Si se gestiona bien es muy rentable, pero hay que conocerlo. Por eso va tomar relevancia, con el nuevo mercado, la labor del intermediario a la hora de asesorar y guiar al inversor.'

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