El 'gordo' de los planes de pensiones
La campaña de los planes de pensiones ha empezado. Antonio Morales no pasa por alto que las entidades venden producto en lugar de planificación financiera. El ahorrador debe tenerlo en cuenta
Ya ha llegado. Si encendemos la televisión, los bloques de anuncios cuyos contenidos son casi exclusivamente muñecas, juguetes o burbujas de champán ocupan el cien por cien del espacio. Los adornos navideños, con la luz como protagonista, adornan las principales calles de nuestras ciudades y los escaparates de los comercios. Hasta los bancos se apuntan a la fiesta de la Navidad, a la fiesta de los regalos: DVD, televisores, baterías de cocina... Es la lotería de los planes de pensiones, el otro gran gordo de Navidad, pero en este caso el premio es para las entidades gestoras de los fondos más que para los partícipes. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: la estacionalidad del producto.
Durante años, en Europa en general y en España en particular, los sistemas privados de pensiones han estado reservados a las rentas altas por motivos fiscales, principalmente, y porque la mayoría de nosotros confiábamos, quizá con algo de optimismo, en los sistemas de previsión públicos, basados en el reparto.
Una vez que hemos abierto los ojos, y que empezamos a convencernos de que debemos preocuparnos más por nuestra situación económica cuando llegue el momento de retirarnos de la vida laboral, empezaremos a comprender también que es un error, y un error importante, el tratar este ahorro desde un aspecto exclusivamente fiscal y de marcado carácter estacional.
Este ahorro, con un fin a veces lejano, pero de máxima importancia, debemos contemplarlo como un conjunto dentro de nuestra planificación financiera. Aunque el objetivo de este ahorro sea el mismo para todos, no lo es el horizonte temporal por ejemplo, con lo que la distribución de activos que nos convenga no va a ser la misma para todos.
Ese grado de estacionalidad del producto que hemos comentado tiene especial relevancia a la hora del asesoramiento. Es más que probable que el asesor financiero se encuentre obligado a colocar el producto, a tratar de lograr un objetivo determinado en un breve periodo de tiempo, y eso puede provocar problemas al ahorrador, ya que el entorno de trabajo gira alrededor del producto y no de la planificación financiera.
Un dato que demuestra este hecho es que una gran parte de la publicidad de determinados productos se centra bien en los regalos, bien en las ventajas fiscales o bien en las comisiones. Sin embargo, pocas campañas se centran en la gama de productos, siendo este aspecto de los más importantes.
Parece poco coherente, y desde luego poco convincente, ver cómo un vehículo tan a largo plazo como los planes de pensiones tengan cerca de un 80% del patrimonio gestionado invertido en renta fija. Este dato, como decíamos, es significativo y demuestra cómo se está vendiendo producto en lugar de planificación financiera.
Cuando tomemos la decisión de ahorrar con un objetivo determinado y a través de un vehículo concreto, y sobre todo, cuando este ahorro es a largo plazo, debemos buscar una entidad que nos ofrezca un abanico óptimo de posibilidades, donde su gama de productos pueda servirnos para diseñar una cartera óptima para cada perfil de riesgo, y que pueda ajustarse a los criterios de planificación financiera sobre los que tanto insistimos.