La desconfianza en Alemania contagia al resto de Europa
La Bolsa alemana es cada vez menos atractiva para los inversores institucionales. La delicada situación de la economía y la percepción de que el Gobierno y las empresas son lentas a la hora de solucionar los problemas está alejando a los inversores.
Una estadística recopilada por Reuters refleja que los gestores británicos y del resto de la Europa continental llevan ya cuatro meses seguidos recortado los fondos destinados a invertir en renta variable alemana.
Los gestores de fondos europeos no pueden evitar soltar un suspiro cuando oyen nombrar a Alemania. 'Se está ahogando en su inactividad', apunta Francisco Quintano, gestor de Iberagentes. ¿Está lastrando al resto de Bolsas europeas? 'Sin duda', añade este experto, 'es imposible hablar de Europa sin referirse a Alemania, y esta es una economía que posee ya más problemas que la estadounidense'. Quintano, que se ocupa de compañías del Euro Stoxx 50, reconoce que mantiene la exposición a las empresas alemanas bajo mínimos, fruto también de que éstas han sido las que han recibido un mayor castigo este año y las que peores perspectivas generan. 'No hay que olvidarse de que el Dax cae en el año un 40%, cerca del doble que el resto'.
Otro gestor de fondos de Axa Investment Managers consultado por Reuters no tiene ningún reparo en señalar que está infraponderado en Europa por culpa de Alemania. 'Cuesta encontrar inversiones atractivas', apunta.
Una de las críticas más feroces hacia Alemania es la falta de flexibilidad y la rigidez tanto de las instituciones como del entramado empresarial. 'No tenemos la impresión de que las compañías estén decididas a solucionar los problemas', subraya un gestor de Standard Life en Londres. 'El ajuste de sobrecapacidad se está produciendo en EE UU a marchas forzadas, mientras que en Alemania todo va mucho más lento por la fortaleza de los sindicatos', añade Quintano.
Las propias previsiones de las instituciones germanas apuntan a un crecimiento para este año del 0,2%. Aunque aumentar el crecimiento es hoy por hoy un objetivo difícil de conseguir. En primer lugar, no puede actuar por el lado fiscal al tener que cumplir con el Pacto de Estabilidad. Asimismo, la política económica es exclusiva del BCE y la autoridad monetaria europea no ha estado recientemente por la labor.