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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Inflación insoportable

La subida del 1% en los precios registrada en octubre confirma que la inflación sigue fuera de control en España. La tasa acumulada en lo que va de año alcanza el 3,5%, punto y medio más que la previsión oficial, y la inflación interanual, el 4%, un nivel al que no llegaba desde junio de 2001 y que duplica lo previsto por el Gobierno y el objetivo marcado por el Banco Central Europeo. Calificar de 'sorpresa negativa' estos datos, como hizo ayer el secretario de Estado de Economía, no es más que certificar que el Gobierno se mueve en esferas ajenas a la realidad.

Los datos que ayer publicó el INE, además, no admiten interpretaciones. Son, sin paliativos, malos, y así lo han reconocido desde la patronal a los sindicatos, además del propio Gobierno. Y lo peor es que son malos desde el punto de vista estructural. La inflación subyacente, la que excluye los elementos más volátiles de la cesta, los alimentos frescos y los productos energéticos, aumentó el 1,1%, hasta el 3,7% en tasa interanual.

El diferencial de precios con los socios europeos se sigue ensanchando y se acerca peligrosamente a los dos puntos -el dato provisional de octubre prevé un IPC del 2,2% en la zona euro-. Es momento de recordar que, hace pocos meses, los responsables de Economía quitaban hierro al problema de la inflación porque el diferencial con el resto de Europa se mantenía en torno a un punto, pero se crecía mucho más. La CEOE ya se ha encargado de alertar sobre las consecuencias que ese diferencial tiene en la competitividad de las empresas españolas.

La explicación del mal dato de octubre se puede buscar en la subida del vestido y el calzado, por el fin de las rebajas, o en la enseñanza superior, por las tasas universitarias. Igual que hace unos meses la responsabilidad estaba, según el Gobierno, entre los hosteleros y el sector turístico. Lo que está claro es que siempre habrá responsables a quienes adjudicar el problema con los precios. Pero la solución no está en saber qué ha subido, eso ya lo hace el INE, sino por qué.

El ministro de Economía, Rodrigo Rato, anunció ayer que el Ejecutivo analizará con detalle algunas normas que afectan al comercio minorista -competencia de las autonomías- y 'están claramente perjudicando a los consumidores'. La pregunta es qué ha hecho hasta ahora contra la inflación, además de pedir a los agentes económicos, como reiteró ayer de nuevo, que no incorporen a costes y salarios una -otra- subida 'puntual'.

La inflación es hoy en España un peligro que ya incide negativamente en la evolución de la actividad económica. El previsible recorte de tipos por el Banco Central Europeo en las próximas semanas y la campaña navideña, tradicionalmente inflacionista, complican más su control al cierre del año. El dato de noviembre servirá, además, para actualizar las pensiones. Con una economía en desaceleración y el paro en aumento, los precios, al revés de lo que debería ocurrir, siguen creciendo. Es un coste que España no puede soportar.

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