El juego del ratón y el gato

Las expectativas fallidas la semana pasada sobre un recorte de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, unidas a la sorpresa que para la mayoría supuso el recorte de 0,5 puntos en los tipos de interés de Estados Unidos han instalado la confusión en los mercados. Los volúmenes de negocio, como hecho relevante, han vuelto a los niveles más bajos de los últimos 30 días.

Ha sido en este periodo corto de tiempo, precisamente, cuando se ha producido la carrera alcista de las Bolsas. Un rally, que dicen otros, basado en la apuesta por un recorte de tipos y en unos resultados, que sin ser vigorosos han superado lo previsto por el consenso del mercado.

¿Y ahora qué? Es la pregunta de moda en las Bolsas desde mediados de la semana pasada. La ceremonia de la confusión se percibe de puertas adentro de los mercados. Por eso, los operadores se inhiben y caen las cifras de actividad reales a zona de mínimos.

Los más pesimistas señalan que a partir de ahora volverá la volatilidad condicionada por noticias rápidas y concretas tanto desde el lado de vista empresarial, que es lo que sucede en las últimas 48 horas, como desde la perspectiva de lo que se define como situación geopolítica. Es decir, con la presión del clima prebélico entre Estados Unidos e Irak y los nuevos mensajes de Bin Laden.

Los mercados de acciones han vuelto, de este modo, a estar controlados por los especialistas en el análisis técnico y en operaciones con derivados y arbitraje. No es la primera vez que sucede en lo que va de año. Hay en la coyuntura actual, no obstante, apuntes interesantes respecto a situaciones anteriores. Por ejemplo, el despiste generalizado de unos y otros. O lo que es lo mismo, no existe una dirección única en la que todos se vuelcan, como se vio durante los meses del verano. Unos y otros juegan al ratón y al gato, aunque desconocen qué papel juega cada uno.