Greenspan ve margen para bajar los tipos si se agrava la desaceleración
El lento ajuste del gasto de capital, los escándalos empresariales, la caída de las Bolsas, los riesgos geopolíticos. Todos estos factores han propiciado, según Greenspan, el actual momento de debilidad que atraviesa la economía estadounidense y han incidido, con especial intensidad, en la cautela que ahora muestran los estadounidenses con su gasto y en la ausencia de vigor en la inversión empresarial.
De todos ellos, la desaceleración del consumo es la que más preocupa a Greenspan. El gasto de los consumidores, que representa dos tercios del PIB, ha sido el motor de la recuperación estadounidense. Pero en los últimos meses las ventas minoristas, de coches y hasta de casas han empezado a registrar una desaceleración que Greenspan sigue con minuciosa atención.
'Debemos vigilar si el reciente frenazo sólo refleja los excesos del pasado o si representa un debilitamiento del ritmo de demanda', dijo el banquero central.
No en vano, Greenspan reconoció que la caída de las Bolsas a lo largo de los dos últimos años ha tenido un efecto claramente negativo en el bolsillo de los ciudadanos. Pese a que parte de esas pérdidas se haya compensado con ganancias inmobiliarias, 'el saldo sobre la riqueza familiar ha sido negativo'.
Este escenario obliga a las empresas a emprender planes de reducción de costes para recuperar la rentabilidad de los beneficios, según Greenspan.
Por su parte, la entidad 'está lejos de haber agotado sus herramientas' para impulsar el crecimiento y mantener la inflación bajo control, dijo el responsable de la política monetaria.
'Tenemos la capacidad , si se nos pidiera hacerlo, de ir mucho más allá de cualquier actividad relacionada sólo con las tasas interbancarias', aunque un cambio en el balance de riesgos tampoco 'inhibiría' a la entidad de bajar más los tipos.
Alerta a los desequilibrios
En una magnífica muestra de la ambigüedad que le caracteriza, el presidente de la Reserva Federal defendió que la economía de EE UU no está afectada por desequilibrios preocupantes, aunque a renglón seguido calificó de 'insostenible' el déficit comercial y advirtió que la disciplina fiscal es esencial para el mantenimiento de la senda de crecimiento a medio plazo.
Por ello pidió a los legisladores control a la hora de diseñar los presupuestos. 'No es un proyecto que requiera esfuerzo, requiere decisiones', dijo. Con estas palabras, Greenspan lanzó una velada crítica a los planes republicanos de bajadas masivas de impuestos y a las propuestas demócratas de fuerte aumento del gasto y puso en duda la necesidad de un plan de estímulo fiscal que produjera un mayor desequilibrio en las cuentas públicas, cuestión actualmente a debate en el seno del Gobierno.
En cuanto al déficit comercial, 'es un tipo de situación que sabemos que no puede existir indefinidamente. Mi propia estimación es que cederá porque nuestra propensión a importar continuará declinando y eventualmente igualará a la del resto del mundo', predijo el banquero.
Si durante su presentación ante la comisión del Congreso Greenspan reiteró los 'altos riesgos geopolíticos' que acechan a la economía, a preguntas de los senadores puso en duda después que una hipotética guerra con Irak fuera a dañar la economía.