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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Declive en el empleo

El empleo crece en España casi la mitad que hace un año y el paro aumentó el 14,7% en los últimos 12 meses. Los datos de la encuesta de población activa (EPA) conocidos ayer demuestran que la desaceleración se ha trasladado ya peligrosamente al mercado laboral. La economía española creó 285.300 empleos los últimos 12 meses, cuando hace un año registraba 529.400 nuevos puestos en tasa interanual. En el tercer trimestre del año, que es tradicionalmente bueno gracias a la actividad turística, la creación de empleo se ha desacelerado y el paro aumentó en 79.800 personas, el peor dato en ese periodo desde el año 1993.

La ocupación avanzaba hace un año a una tasa del 3,4% -y al 5,5% los dos ejercicios anteriores-. Entre julio y septiembre lo ha hecho al 1,78%, frente al 2,29% del trimestre anterior. Es decir, aumenta a mucho menos ritmo y por debajo del crecimiento del IPC, lo que da idea del problema que amenaza al mercado laboral.

Hasta ahora se veía moderación en la creación de puestos de trabajo y, en líneas generales, la economía española sigue creando empleo. Pero empieza a haber serios signos de destrucción, tanto entre los jóvenes como entre los temporales y los autónomos, algo que parece demostrar que el empleo aguanta apoyado sólo por la legislación laboral entre los asalariados con contrato indefinido, pero no en el resto. El paro, que aumentó en todos los grupos de edad, lo hizo con especial incidencia entre los jóvenes. De julio a septiembre se destruyeron puestos de trabajo en la agricultura y, lo que parece más grave, en la construcción, verdadero motor de la economía en los últimos años.

Un dato que llama la atención por sus efectos sociales es que el número de hogares con todos sus miembros en paro aumentó los últimos 12 meses un 18% y el número de hogares con la persona principal en paro creció casi en igual porcentaje.

Es una de las razones por las que resultan patéticos, si no sonrojantes, los filtros de color rosa con que el Gobierno se empeña en interpretar la realidad. El aumento de la población activa (personas en edad y disposición de trabajar), importante en el trimestre, no ha podido ser absorbido por la creación de empleo, como ayer destacó el secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, pero achacarle todo el problema es taparse los ojos. La incertidumbre sobre la economía y la importante disminución de la inversión son los verdaderos riesgos para el empleo. Que el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, asegure, como hizo ayer, que hay que estar 'prudencialmente satisfechos' de las cifras que arroja la EPA resulta más que preocupante.

Economía reconoció ayer, como había calculado el Banco de España, que el PIB creció el tercer trimestre menos del 2% y que los indicadores más recientes muestran menor dinamismo del mercado de trabajo. Puede que el Gobierno quiera edulcorarlo, pero España es el único país de Europa en el que ha aumentado la tasa de paro los últimos 12 meses.

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