Las empresas que reciban más de 600.000 euros en ayudas serán auditadas
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, adelantó ayer, durante la presentación del nuevo Código de Sociedades, que las empresas que reciban subvenciones de más de 600.000 euros anuales o cuando en un año contraten obras con las Administraciones públicas por encima de esa cifra estarán obligadas a someterse a auditorías.
El ministro de Economía precisó que, en el caso de contratación de obras públicas, se aplicará esta norma siempre que los ingresos derivados de la contratación superen el 50% de la cifra de negocio de la empresa.
Asimismo, tendrán que ser auditadas las empresas que, a pesar de superar los límites cuantitativos establecidos en la legislación vigente para las sociedades mercantiles y sociedades cooperativas (activos, cifra de negocio y número de trabajadores), estaban exentas de auditoría por razón de su forma jurídica, como las empresas individuales y las sociedades colectivas.
Rato explicó que estas reglas quedarán recogidas en un reglamento que prepara el Ministerio de Economía y que se enmarcará en la reforma y desarrollo de la Ley de Auditoría de Cuentas, con objeto de potenciar el rigor en el trabajo de los auditores y la transparencia de la información financiera, especialmente de las empresas que se hallan bajo algún tipo de control de la Administración o tengan relaciones mercantiles con ella.
Rato indicó que el Gobierno pretende con dicho reglamento aumentar las 'medidas que aumenten los controles sobre las empresas que reciban subvenciones o que contraten con las Administraciones públicas, haciendo obligatorio su sometimiento a auditorías externas'. El Ejecutivo pretende que el reglamento esté terminado a finales de este año.
El titular de Economía añadió que su ministerio también se plantea 'mejorar la coordinación de los auditores y las Administraciones públicas con competencias de control y supervisión'.
El reglamento saldrá a la luz un año después de que Rato planteara la necesidad de mejorar la transparencia de las cuentas anuales y de la importancia que esto tiene para el conjunto de la economía. El ministro habló por entonces de la elaboración de un Libro Blanco sobre la situación y el futuro de la auditoría y la contabilidad que incluyera las últimas tendencias mundiales. A principios de año Rato también se refirió a la necesidad de separar de forma clara las labores de auditoría y de consultoría.