Las entidades confían en que la tarjeta con chip aumente el negocio
Uno de los principales retos que aborda el sector de los medios de pago es el cambio de la banda magnética por las tarjetas con chip, en principio antes de 2005. Las entidades financieras confían en que esta tecnología aumente el volumen de compras, aunque la migración presenta importantes obstáculos.
El coste de la inversión, el hecho de que existan diversos sistemas que impiden la verdadera estandarización en todos los países y la adaptación de la fórmula a cada cliente son algunos de los retos que deberán salvar las entidades financieras antes de su implantación.
Aunque ninguno de los ponentes dio datos del gasto que supondría el cambio, hace unos meses diversas fuentes del sector estimaban en más de 360 millones de euros el coste de adaptar 41 millones de tarjetas, más de 46.000 cajeros automáticos y 650.000 terminales de punto de venta.
'No quiero dar un mensaje tremendista, pero sí advertir de los escollos que afrontamos', dijo Enrique Rodríguez, director general de la sociedad de medios de pago Servired, y se refirió, entre otros ejemplos, a incidencias en los terminales de los comercios y a las incompatibilidades entre tarjetas en distintos países.
El director general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Gonzalo Ferre, auguró que el chip no eliminará necesariamente la firma manuscrita en la compra. Y destacó las oportunidades de negocio de esta tecnología.
Revisión del plazo
Por otra parte, el límite de 2005 podría revisarse. Santiago Ballesteros, director gerente de Euro 6000, apuntó ayer que el hecho de que Visa y Mastercard mantengan grupos de trabajo sobre el chip 'puede querer decir que se va a revisar el plazo, y no será en 2005'. Advirtió, además, que 'si fallamos en su implantación para cambiar las tarjetas hacia algo más complejo y caro, perderemos negocio'. En cualquier caso, el sector de medios de pago afirma que serán las entidades españoles las que decidan el ritmo de la implantación.
En cuanto al comercio electrónico, el consejero delegado-director general de 4B, Alfonso de la Viuda, apuntó la necesidad de impulsar los pagos en Internet centrándose en los verdaderos clientes potenciales: los jóvenes menores de 19 años, el 16% de los ocho millones de internautas.