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Aviación

El Tribunal de la UE anula los pactos aéreos de ocho países europeos con EE UU

El Tribunal de Primera Instancia de la UE consideró ayer ilegales los convenios bilaterales de liberalización del mercado aéreo suscritos entre la mayoría de los países europeos y EE UU. El tribunal sentencia que los Estados asumieron competencias que corresponden a la Unión Europea y admitieron cláusulas que discriminan al resto de compañías comunitarias.

En 1994, Washington ofreció a todos los países del mundo la posibilidad de suscribir los llamados acuerdos de 'cielo abierto', por los que otorgaba a las líneas aéreas del país firmante el derecho a volar a EE UU a cambio de una concesión recíproca para las líneas estadounidenses. La oferta parecía aspirar a la liberalización del mercado aéreo mundial, pero la Comisión Europea alertó que en el caso europeo los acuerdos bilaterales fragmentarían el mercado único, apenas logrado en 1992.

A pesar de la advertencia, Estados de la Unión Europea suscribieron a partir de 1995 convenios bilaterales que sólo beneficiaban a la compañía de bandera respectiva. La presencia en cada tratado de una cláusula que reconocía sólo el derecho de vuelo a EE UU a las compañías controladas por capital del país firmante se convirtió desde entonces en uno de los principales obstáculos para cualquier conato de fusión entre compañías europeas.

El Tribunal de la UE consideró ayer ilegal los ocho acuerdos de este tipo que la Comisión denunció en 1998, suscritos bilateralmente por Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Bélgica, Luxemburgo, Austria y Alemania. La Comisión indicó ayer que prepara denuncia contra otros cuatro países (Francia, Italia, Portugal y Holanda). Sólo España, Irlanda y Grecia, que disponen de acuerdos diferentes, se librarán de la picota legal.

La comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, recibió con júbilo una victoria judicial 'que da la razón a nuestra reclamación y tendrá unas consecuencias enormemente positivas para la consolidación del sector aéreo'. De Palacio eludió pronunciarse sobre el número de compañías 'con vocación global' que sobrevivirán en Europa, aunque hace unos meses auguró que no serían más de cinco.

La Comisión opina que la discriminación que suponían los tratados bilaterales ha limitado los beneficios de la liberalización del mercado que Europa emprendió en 1992. La supresión de las barreras comerciales confirió a las líneas europeas la libertad para operar libremente en toda Europa, pudiendo establecer su base operativa en cualquier aeropuerto de la Unión.

Pero las grandes compañías con actividad transatlántica se han visto incapaces en cambio, según Bruselas, de programar libremente sus planes de inversión o sus expectativas de fusión transfronteriza por culpa de los convenios con EE UU.

Acuerdos internacionales

El Tribunal de la UE confirmó, con esta sentencia, la facultad de la Comisión Europea para negociar acuerdos internacionales en todos los ámbitos en que se apliquen las normas comunitarias. Bruselas recuerda que la aviación es uno de los sectores donde casi todos los aspectos legales están cubiertos por normativa europea. Y añade que cualquier acuerdo suscrito sólo por un Estado miembro corre el riesgo de entrar en conflicto con la legislación europea, como demuestran las sentencias.

La comisaria De Palacio advirtió que ahora se abre un plazo de incertidumbre, porque el Tribunal de Luxemburgo 'no ha dado ningún indicio sobre el periodo transitorio que se abre con la anulación de los actuales acuerdos'.

De Palacio duda que alguna capital europea intente renegociar los acuerdos porque 'lo que dice el tribunal es que todo lo que tiene que ver con reservas y tarifas no puede ser negociado por los Estados miembros'. 'No se pueden retocar las cláusulas consideradas ilegales por el tribunal porque sin ellas los tratados se quedan vacíos', añade la comisaria. 'Lo que tenemos que pensar ahora es cómo gestionamos el periodo transitorio', señaló De Palacio, que confía en que sea lo más breve posible.

La comisaria asegura que desde hoy mismo las líneas aéreas europeas pueden solicitar turnos de vuelo en cualquier aeropuerto para cubrir rutas trasatlánticas. Si algún Estado se niega a tramitar la solicitud, advierte la comisaria, acabará de nuevo en los tribunales.

'Pero no basta con despegar', bromeó Loyola. 'Hay que aterrizar en EE UU', por lo que urge a los ministros de Transporte de la UE a que en su próximo Consejo, que se celebrará el próximo 25 de noviembre, encomienden ya a Bruselas una negociación global con Washington que beneficie por igual a todas las compañías de bandera europeas.

'Un hito en la construcción europea', afirma De Palacio

El Tribunal de Primera Instancia de la UE consideró ayer que los países firmantes de los acuerdos bilaterales con EE UU de liberalización del tráfico aéreo asumieron competencias que pertenecen a la Comunidad Europea, como la negociación de tarifas intracomunitarias o de los sistemas informáticos de reserva. La comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio, recibió con júbilo una sentencia que supone 'un hito en la construcción europea'. La comisaria se muestra convencida de que el fallo judicial no deja otra alternativa que la negociación de un acuerdo bilateral entre la UE y EE UU, una opción a la que los Estados miembros se han resistido hasta ahora. La comisaria advirtió, además, que está dispuesta a denunciar también la fragmentación del mercado de transporte marítimo que están provocando los acuerdos de EE UU con algunos países, lo cual concentra la actividad en ciertos puertos europeos. Washington no parece encontrar beneficios en una negociación directa con Bruselas, porque obliga a discutir asuntos como las ayudas de Estado a las líneas aéreas estadounidenses o los sistemas de protección que disfrutan ante el riesgo de quiebra. EE UU también limita al 25% la participación de capital extranjero en la propiedad de sus compañías, mientras que en Europa ese umbral se eleva hasta el 49%. 'Europa habla con una sola voz en muchas negociaciones internacionales (...), pero hasta ahora el sector aéreo se había visto excluido de este planteamiento porque cada Estado seguía su propia agenda', señaló ayer De Palacio. 'A partir de ahora, está claro que Europa debe trabajar unida por conseguir sus objetivos'. La comisaria pidió con carácter urgente permiso a los Estados para negociar con EE UU un nuevo acuerdo global en nombre de la UE.

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