Ebro Puleva inicia un plan de venta de inmuebles valorados en 180 millones
El grupo alimentario Ebro Puleva ha dado el primer paso de su plan de venta de activos inmobiliarios con la puesta en el mercado de uno de sus edificios más significativos, la antigua sede social de la Compañía de Industrias Agrícolas y posteriormente de Ebro Agrícolas. Se trata de un inmueble emblemático situado en el centro financiero, administrativo y residencial de Barcelona, concretamente en la calle de Balmes, 103-105, con vuelta a la calle de Mallorca, 225-227.
El edificio, que es apto para cualquier uso (residencial, hotel, oficinas), saldrá a la venta con un precio mínimo inicial de 26 millones de euros. Fuentes próximas a la operación señalan que el grupo alimentario no aceptará ofertas de compra por un precio inferior.
El inmueble cuenta con ocho plantas sobre rasante y una de sótano y tiene una superficie edificada de 8.285 metros cuadrados.
La empresa ha abierto un periodo de recepción de ofertas que finalizará el próximo 18 de noviembre. Para participar en la compra del inmueble se exige un aval solidario por importe de 1.250.000 euros.
Para poder acometer esta operación, la compañía agroalimentaria ha trasladado las oficinas de Barcelona a un edificio alquilado situado en los alrededores del Puerto Deportivo y ha constituido una sociedad denominada Azucarera Ebro Agrícolas Gestión de Patrimonio, a través de la que canalizará todas las operaciones inmobiliarias.
Con esta iniciativa, Ebro Puleva ha dado el pistoletazo de salida a un proceso de desinversiones en terrenos, oficinas y almacenes no estratégicos con el que espera obtener unos 180 millones de euros. Parte de los recursos que se obtengan con estas operaciones se destinarán a la recompra de acciones propias y a la adquisición de nuevas compañías que complementen alguno de los negocios del grupo.
Entre los inmuebles que planea vender se encuentran los cuatro edificios urbanos que posee en Madrid y Barcelona, incluida la sede de la capital. Entre los cuatro suman unos 20.000 metros cuadrados.
Plan estratégico
Este proceso de desinversiones se enmarca dentro del plan estratégico del grupo de desprenderse de aquellas líneas de negocio que no sean fundamentales para la sociedad. Ebro Puleva quiere concentrar toda su actividad en cuatro ejes: la leche, el azúcar, el arroz y la biotecnología. Todo lo que no sea estratégico o no pueda ser gestionado directamente por alguna de estas líneas será susceptible de ser vendido, aunque se trate de un negocio rentable.
Hace ya unos meses, Ebro Puleva decidió cancelar su actividad dentro del sector del aceite, pese a que en el pasado había sido una de las apuestas de futuro de la antigua Puleva.
No obstante, la compañía no descarta la compra, a medio plazo, de empresas que puedan constituir otro nuevo núcleo de negocio o que estén ligadas a alguna de las cuatro divisiones actuales.
No es la primera ocasión en que el grupo alimentario se desprende de activos inmobiliarios para sacarles mejor rentabilidad. Durante la presidencia de Vicente Lacalle en Azucarera Ebro Agrícolas, el grupo se desprendió de activos en Valladolid y Aranjuez, principalmente terrenos de fábricas que habían quedado integrados en el casco urbano de la ciudad.
El grupo alimentario no es el único que ha puesto en marcha una política de rotación de inmuebles. Grupos como Endesa, Telefónica o el SCH están intentando colocar entre inversores sus edificios. En el caso del mayor grupo eléctrico español, se incluye la venta de la nueva sede, todavía en construcción, y ofrece el atractivo de que la compañía se queda como inquilina del inmueble, que tiene 23.000 metros cuadrados, a largo plazo.
Algunos expertos del sector consideran que el volumen de activos inmobiliarios que están ahora en venta pueden suponer una rebaja para los precios de inversión, al existir en estos momentos un exceso de oferta. Otros opinan que es una prueba para la madurez del mercado y que dependerá de la rentabilidad que ofrezcan las operaciones.