Apuesta ibérica por Brasil
Telefónica y Portugal Telecom cerraron ayer definitivamente una alianza para el mercado brasileño que les convierte en el mayor grupo de telefonía móvil de Latinoamérica, con un total de 13 millones de clientes. La operación, que se lleva fraguando desde principios de 2001, supone la consolidación de la alianza entre las dos operadoras ibéricas, a pesar de que recientemente Portugal Telecom haya decidido deshacer su participación en Telefónica.
El pacto anunciado ayer recoge la creación de una empresa conjunta al 50% a la que se aportan los activos de telefonía móvil de ambas compañías. La nueva empresa estará presente en zonas de Brasil que representan más del 70% del producto interior bruto del país suramericano. En estos Estados controla una cuota de más del 60%.
El acuerdo firmado se produce en un momento clave para el futuro de Brasil. El próximo 27 de octubre se celebra la segunda vuelta de las elecciones generales que, según todos los pronósticos, van a colocar a Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencia de Brasil. El movimiento de las dos grandes compañías de telefonía ibéricas es interpretado como un apoyo al futuro Gobierno del líder izquierdista, cuya candidatura no fue del agrado de los mercados durante meses.
Una opinión que se ha ido modificando tras su claro triunfo en la primera vuelta electoral y después de que Lula haya ido anunciando medidas que se acercan al espíritu de las reformas que esperan los empresarios. Todo esto culminó con una cena, el pasado jueves, con más de dos centenares de empresarios, entre los que se encontraba el máximo responsable de Telefónica en Brasil, así como representantes de otras empresas españolas.
Al margen de la lectura política del acuerdo anunciado ayer, hay otra eminentemente de estrategia empresarial por parte del grupo que preside César Alierta. Una vez comprobado, reconocido y provisionado el fracaso de la aventura del nuevo móvil UMTS, Telefónica ha optado por asentarse decididamente en los lugares y en los negocios en los que posee una posición de fortaleza. Y Latinoamérica ha sido siempre una apuesta primordial para el primer grupo de telecomunicaciones español.
La operación rematada ayer se produce tan sólo dos días después de que el grupo británico de telefonía móvil Vodafone revolucionara el sector con un oferta de 13.000 millones de euros para hacerse con el control total de Cegetel, el segundo operador de telecomunicaciones francés. Pero el gigante británico parece haberse topado con la oposición de Vivendi, que está tratando de no perder el control de Cegetel, aunque los problemas financieros le agobian.
A pesar de la fuerte crisis en la actividad de las telecomunicaciones, los grandes grupos empiezan a tomar posiciones. Son movimientos que anuncian un nuevo mapa en el futuro del sector.