El Banco de Brasil sube los tipos al 21% a dos semanas de las elecciones
La decisión sorprendió a los expertos, pero no tuvo una repercusión inmediata en la cotización del real. La moneda se alejó de la barrera de las cuatro unidades por dólar, pero se mantuvo en el entorno de los 3,8 reales por dólar. La Bolsa, que inició la sesión con pérdidas ante el anuncio de la reunión extraordinaria de la autoridad monetaria, estabilizó su caída en el 3,8%. El banco volverá a reunirse la semana próxima para debatir el nivel de tipos de nuevo.
El deteriorado entorno económico internacional, la mala coyuntura del propio Brasil y el temor a la victoria de un candidato contrario a las doctrinas de Wall Street, Luiz Inácio Lula da Silva han provocado que el dólar haya pasado de cambiarse a 2,3 reales a venderse por 3,8.
Las dudas sobre la economía del país son grandes. Una encuesta realizada por el Banco Central de Brasil entre los empresarios cifra las expectativas de expansión del PIB en 2002 en el 1,31% y del 2,6% para 2003. El pronóstico de inflación es del 7,1% para este año y del 5,85% en 2003. Sobre el tipo de cambio, el resultado de la encuesta arroja una previsión de 3,2 reales a finales de año y de 3,25 al término de 2003. Todas estas previsiones trazan un panorama económico ligeramente peor al previsto en la anterior encuesta, realizada hace 10 días.
Los empresarios empiezan a temer que la autoridad monetaria esté agotando sus herramientas para frenar la caída del real. La semana pasada, la entidad elevó del 50% al 75% la reserva de capitales que las instituciones financieras deben mantener del total destinado a la compra de dólares. El objetivo de la medida era forzar a los bancos a aumentar su capital o a salir al mercado vendiendo dólares para reducir la proporción contable, frenando así la especulación. Pero la medida aún no ha tenido efecto esperado en la cotización del real.
No obstante, el director de política económica del Banco Central, Ilan Goldfajn, declaró ayer a este diario que la autoridad monetaria 'no fijará metas máximas del tipo de cambio, aunque es evidente que la tasa actual es demasiado alta'. Goldfajn participó en una conferencia sobre Latinoamérica organizada por la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce).
Goldfajn descartó que el nuevo Gobierno que salga de las urnas incumpla sus obligaciones: 'Los compromisos ya firmados y publicados por los candidatos durante la campaña garantizan el cumplimiento de las obligaciones. Pronto se verificará este cumplimiento y disminuirá la incertidumbre'. Los vencimientos totales de la deuda de Brasil ascienden este año a casi 46.000 millones de dólares (46.650 millones de euros). Por otra parte, los empresarios siguen desconfiando de Lula. Una encuesta divulgada ayer por Datafolha reveló que un 81% de los empresarios votará por el candidato oficialista, José Serra, el próximo 27 de octubre.
Los empresarios creen que Serra es el único que garantiza totalmente el cumplimiento del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y piensan que es el candidato más preparado para afrontar la crisis económica. No obstante, un 87% de los encuestados estima que Lula protegerá más a las empresas nacionales.
Una prueba de la desconfianza sobre Brasil la ofrece Merrill Lynch, que un informe divulgado ayer rebajó su recomendación sobre las acciones de empresas brasileñas, que pasaron de un nivel 'por encima de mercado' (overweight) a situarse en la 'media del mercado' (market weight). El banco ha reducido su exposición en Brasil, particularmente en telecomunicaciones. El peso de Brasil en la cartera de Merrill Lynch en América Latina ha pasado del 37,5% al 32,1%.